Siempre se ha considerado que es altamente beneficioso para cuerpo y mente caminar descalzo sobre la arena de playa. Pero este verano muchas expertas voces afirman que a veces es más que desaconsejable
Activa el sistema circulatorio, potencia nuestros músculos, fortalece nuestros huesos. Son algunos de los aportes positivos relacionados con los paseos, sin calzado, sobre la arena de la playa. También en la mayoría de los casos se trata de una actividad relajante, muy adecuada en tiempos de estrés y que sin duda contribuye a aligerar nuestros pesos mentales.
Lo recomendable para este paseo, nos dicen los expertos, es hacerlo durante unos 15 o 20 minutos y elegir un recorrido en el que la arena esté lo más compacta posible; los pies se hundirán menos, lo que disminuirá la tensión muscular y la inestabilidad.
Principales beneficios de caminar en la playa
Entre los principales beneficios que aporta caminar por la playa, escogemos los siguientes en función de las aportaciones del Consejo General de Colegios Oficiales de Podología de la Comunidad de Madrid:
- Ayudar a quemar más calorías: La superficie blanda de la arena influye en el incremento del gasto de energía. El cuerpo debe realizar mayor esfuerzo para mover la musculatura. La zona de las piernas desde los gemelos, sóleos, tobillos y cuádriceps se activan con mayor intensidad.
- Fortalecer músculos y huesos: El esfuerzo físico adicional de caminar sobre la arena permite fortalecer los músculos, articulaciones, tendones y tobillos. Esto permite la prevención de lesiones. Además, la exposición al sol favorece la absorción de vitamina D lo que permite sintetizar mejor el calcio.
- Activa el sistema circulatorio: Caminar en la playa descalzos ayuda en la estimulación del flujo sanguíneo. Y esto es ideal para personas que sufran de varices, edemas en las piernas o hinchazón de tobillos.
- Disminuye el stress y mejora el estado de ánimo: Toda actividad al aire libre, especialmente junto al mar, ayuda a liberar el stress. Esto influye en una mejora de la salud mental. Al respirar aire limpio, se mejora la oxigenación cerebral; se favorece la creatividad, la relajación y con ello una disminución de cortisol y a su vez la presión arterial.
- Exfoliante natural: El grano fino de la arena ayuda a remover las células muertas de la piel. El poder exfoliante de la arena, en combinación con la sal del mar, ayudan a mejorar la elasticidad de la piel: se eliminan las impurezas, manteniendo la piel suave y tersa.
Algunos problemas para nuestra salud
Sin embargo, existen una serie de motivos por los cuales se desaconsejan realizar este tipo de caminatas. Y es que caminar sobre un terreno blando puede generarnos una mayor tensión tanto en la planta del pie como en la musculatura posterior de la pierna. En el momento de apoyo de talón, este se hunde haciendo que en nuestra manera de caminar aumente la flexión dorsal de tobillo. Eso nos obliga a caminar completamente planos y puede provocar fascitis plantar, sobrecargas en gemelos, problemas en el tendón de Aquiles, puntos gatillo, etc…

El hecho de que sea un terreno tan irregular puede poner en compromiso a nuestras articulaciones; podemos provocar asimetrías entre ambas extremidades o aparición de molestias en un lado solo. Por ejemplo, si caminamos por la arena en una zona inclinada, el pie que apoye más arriba estará haciendo uso excesivo de los pronadores (apoyará más la zona interna del pie) mientras que el pie contrario hará uso de los supinadores (apoyará más la parte externa del pie).
Motivos para no caminar sobre la arena
- Superficie irregular: La arena de la playa no es un buen lugar para caminar. Normalmente, la zona es irregular, inestable y desigual para dar un paseo. Esto puede aumentar el riesgo de torceduras, esguinces o caídas. Especialmente, esta zona no es recomendable para personas que tienen problemas de equilibrio o que también sienten debilidad en las piernas.
- Esfuerzo físico adicional: Una de las consecuencias de caminar sobre una superficie irregular como la arena, sea mojada o seca, es que esta actividad requiere más esfuerzo físico que caminar en una superficie plana, firme y regular. La arena es una materia que suele estar blanda y por lo tanto es más complicado andar sobre ella. Si la persona en cuestión tiene algún problema de salud o no goza de una buena condición física, su capacidad de ejercicio se puede ver limitada.
- Exposición al sol y al calor: Caminar por la playa implica estar expuesto al sol y al calor. Esta situación puede provocar riesgos de deshidratación, insolación o incluso quemaduras en la piel. Lo recomendable es tomar las precauciones adecuadas cubriendo la cabeza, evitar las horas de mayor calor, ponerse protección solar e hidratarse bien durante la práctica…
- Condiciones ambientales: Dependiendo de la zona en la que se encuentre la playa, las condiciones climáticas pueden hacer que este paseo se convierta en algo peor. Los fuertes vientos, las mareas altas o la presencia de medusas y otros organismos marinos también pueden suponer una complicación añadida.
Recomendaciones del Colegio de Podólogos de la Comunidad de Madrid:
- Camina descalzo distancias cortas, si eres principiante. Y así se acostumbrará la musculatura de mejor manera.
- Las caminatas muy largas pueden provocar calambres en las piernas, dolor muscular y en los tendones.
- Bloqueador solar en todo momento. Usar ropa cómoda y fresca.
- Hidratación y snacks ligeros.
- Caminar ida y vuelta el mismo recorrido. Y asi se equilibran los esfuerzos realizados en cada pierna por la inclinación del terreno.