Cinco Mossos heridos en la fiesta ‘rave’ de Ivars de la Noguera, Lérida, cuando un camión embistió una patrulla para ‘apartarla del camino’
En la mañana del martes, aún continúa la fiesta ‘rave’ clandestina organizada el sábado en los alrededores del embalse de Santa Anna, en el municipio ilerdense de Ivars de la Noguera. Entre 400 personas, con 150 vehículos, siguen la fiesta sin molestias en un perímetro acordonado por la policía catalana el área de la huerta del Boix.
El Caso ha informado que, como viene siendo habitual, los Mossos d’Esquadra descartan desalojar la fiesta a menos que se produzcan incidentes, optando por impedir la afluencia de de más gente y coches a la zona de la rave. Como parte de la operativa, también realizan controles de droga y alcoholemia.
La mayoría de los asistentes a la fiesta llegaron desde Italia y Francia, pero también hay personas de Polonia o Bulgaria, además de individuos españoles.
Las autoridades no disuelven la fiesta clandestina en un paraje natural
Las autoridades catalanas no han encontrado un incidente suficientemente grave los 5 Mossos heridos el pasado domingo. Un camión embistió una patrulla para “apartarla del camino” y, durante la detención de los ocupantes del vehículo, los agentes sufrieron agresiones de otros participantes de la fiesta.
Tampoco ha sido motivo que disolución de la fiesta las alertas de los residentes de la zona. Al parecer, algunas personas que intentaban llegar a la fiesta, al ver el cierre organizado por los Mossos d’Esquadra, han optado por atravesar terrenos agrícolas, provocando diversos daños.
Una ‘rave’ ilegal que tenía previsto congregar a 3.000 personas
La policía catalana descubrió la convocatoria de la fiesta, que preveía reunir 3.000 personas en el Plan de les Bruixes, en Àger. Ante la presencia policial, una caravana integrada en su mayoría por furgonetas cámper y camiones cambió de ruta y se dirigió hacia Ivars de Noguera, a unos 40 kilómetros de distancia.
El alcalde de Ivars explicó a ACN que la cantidad de vehículos que accedían a la zona de la huerta de Boix formó una caravana de un kilómetro y medio en el pueblo y, en plena noche, los conductores comenzaron a hacer sonar el claxon y reproducir música a todo volumen para “molestar a los residentes”.
En el acceso al nuevo emplazamiento de la fiesta, los Mossos intentaron detener el convoy y el camión mencionado, conducido por un italiano de 29 años, embistió a los vehículos policiales. Cinco agentes han resultado heridos leves durante la detención tras sufrir el ataque de gente que participaba en la fiesta.