Dos húngaros y una colombiana iban a enviar por paquetería 7.500.000 dosis de ‘polvo de mono’ y drogas NSP desde un laboratorio en Tagamanent
Agentes de la Policía Nacional y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, han detenido a dos húngaros y una colombiana y desmantelado en Barcelona un laboratorio de fabricación de nuevas sustancias psicoactivas (NSP), entre las que destacaba el “polvo de mono” o “droga caníbal”.
Los detenidos fabricaban drogas sintéticas a partir de sustancias estupefacientes naturales que posteriormente exportaban a Norteamérica, Oceanía y países europeos por medio de envíos masivos por empresas de paquetería.
Organizaban las drogas en estantes, como en un supermercado
Entre el material hallado durante los envíos y el registro se han incautado materiales para la elaboración de más de 7.500.000 dosis de sustancias NSP como la droga estimulante conocida como “polvo de mono”, el cannabinoide sintético ADB-BUTINACA y la cantinona sintética a-PiHP.
Otra sustancia intervenida a resaltar es α-PiHP, de la que se incautaron cerca de 20 gramos con la que elaborarían unas 7.000 dosis de catinona sintética con efectos psicoestimulantes más potentes que los de la metanfetamina.
Por otro lado, hay que destacar cannabinoides sintéticos como ADB-BUTINACA entre otros, siendo incautados 65 gramos con los que se podrían elaborar 65.000 dosis para la venta.
Laboratorio de ‘polvo de mono’ en Tagamanent, Barcelona
Durante la investigación se pudo determinar que detrás del envío de estas sustancias, se encontraban dos personas de nacionalidad húngara residentes en Barcelona. Continuando con la investigación de los objetivos, se pudo descubrir el lugar donde residían y donde tendrían establecido el laboratorio de fabricación de las NSP.
El laboratorio, se encontraba en una casa en la localidad barcelonesa de Tagamanent, que ofrecía un emplazamiento discreto para establecer el laboratorio clandestino.
A finales de julio se detuvo al principal investigado y, acto seguido, se llevó a cabo una entrada y registro en un domicilio donde se encontraba otro miembro de la organización criminal, de nacionalidad húngara e hijo del anterior, y una mujer de nacionalidad colombiana.
‘Droga caníbal’ y otras NSP
En el interior del domicilio de los detenidos se descubrió un sofisticado sistema de producción y despacho logístico. En otra habitación disponían de un almacén donde emplazaban las drogas ya elaboradas, embolsadas en sus paquetes de comercialización y dosificación.
También disponían de todos los útiles necesarios, bolsas, paquetes y serigrafía de comercialización final. Las drogas se distribuían en diferentes estantes donde las tenían clasificadas como si se tratara de un mostrador de supermercado.
En el registro encontraron monedas virtuales y lingotes de oro
Entre los envíos interceptados antes de entrar en el extranjero destaca uno de 163 gramos de MDPHP conocido como “polvo de mono” o “droga caníbal” con potentes efectos estimulantes, 10 veces más potente que la cocaína como psicoestimulante, suponiendo esta aprehensión más de 160.000 dosis de consumo.
En el mismo registro se intervinieron, además de útiles para la confección de las NSP, multitud de maquinaria y útiles para la síntesis, material de laboratorio y precursores. Además se intervinieron 35.000 euros en efectivo, 1,8086 monedas virtuales con un valor de 52.635 euros, diversos lingotes de oro y material informático pendiente de analizar.
Envíos masivos por paquetería para dificultar su control y seguimiento policial
La investigación se inició a principios de marzo tras tener conocimiento de que desde algún punto de la provincia de Barcelona, se estaban llevando a cabo envíos de peligrosas drogas denominadas NSP, tanto a Estados Unidos como a diversos países europeos.
Tras diversas averiguaciones se pudo identificar a un miembro de la organización que realizaba envíos desde diferentes oficinas de paquetería de Barcelona.
El método que utilizaban consistía en inundar los sistemas de paquetería de grandes empresas logísticas por medio de remesas de bajo valor y escaso peso, lo cual dificultaba su individualización y control policial.
Una vez se empezaron a controlar los movimientos de la organización, se pudo comprobar como aquellos envíos, pese tener un peso muy bajo, tenían un gran valor económico por la dificultad de elaboración.