La vivienda está asfixiando a más de tres millones de hogares y se ha convertido en “un pozo sin fondo para las familias”, según Cáritas
La sociedad española, por mil y un motivos, obvios para muchos, está viviendo una gran crisis, una crisis “asfixiante”, según recoge un estudio de Cáritas. El actual gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez está dirigiendo a las familias a, precisamente, donde prometió que jamás llegarían; la clase media de España se hunde, en gran medida por la elevada inflación sostenida y por el elevado coste que deben soportar para superar el día a día derivado también del precio de la vivienda.
Así, concretamente el 16,8% de las familias quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagada la vivienda y los suministros básicos. Y es que los hogares con menos ingresos invierten más de 6 de cada 10 euros en vivienda y alimentación. La consecuencia directa: el 16% de la población en alquiler experimenta un nivel extremo de estrés financiero, es decir, destinan más del 60% de sus ingresos al pago del alquiler Cáritas.
En los últimos años, la vivienda se ha convertido en un gran pozo sin fondo para numerosas familias. “Los gastos relacionados con el pago de la casa y sus suministros son los que más se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando así las economías de millones de familias en nuestro país”, cita Cáritas en un comunicado.
De hecho, las familias con menos ingresos invierten más de seis de cada 10 euros (63%) a gastos de vivienda, suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan las familias con mayor nivel de ingresos.
La ecuación ingresos y gastos
Tres millones de hogares quedan además por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagado estos gastos básicos. Son datos extraídos del informe “Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida”, presentado por Cáritas Española y Fundación FOESSA.
El estudio señala que el contexto inflacionario de los últimos meses ha provocado que los gastos familiares hayan aumentado en un 30% y el porcentaje de hogares en pobreza material severa se sitúa ya en el 8,1% de la población (3,8 millones de personas). “El déficit más pronunciado se encuentra en la actualidad en la esfera de los gastos. Así, a pesar de un crecimiento moderado pero constante en los ingresos, los gastos, con mención especial a la vivienda, se han elevado de manera notable lo que ha generado desafíos significativos en términos de asequibilidad y sostenibilidad financiera para numerosos hogares”.
Vivienda, factor determinante
En este contexto, la vivienda se presenta como el factor determinante que desequilibra la ecuación “ingresos menos gastos”. Según el último dato de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE (2022), el número de familias que no pudieron mantener su vivienda a una temperatura adecuada aumentó un 189% con respecto a 2008. En concreto, el gasto en electricidad aumentó un 82%, mientras que en el caso de los combustibles líquidos para el suministro de calefacciones fue del 180%.
El esfuerzo que debe hacer una familia para adquirir un techo donde vivir también está al alza. Hoy son necesarios 7,7 años de renta bruta anual para comprar una vivienda contra los 2,9 años que eran necesarios en 1987.
Además, según otros datos, un tercio de la población en alquiler están en situación de estrés moderado y, lo que es aún más preocupante, el 16% de la población en alquiler experimenta un nivel extremo de estrés financiero. Esto quiere decir que el pago del alquiler supone más del 60% de sus ingresos.
Fórmulas para subsistir
Por ello, cada vez más familias se ven obligadas a recurrir a fórmulas como el subarriendo de habitaciones. En apenas cinco años, el porcentaje de familias con esta casuística ha experimentado un notorio aumento, llegando al 6,6% en 2022.
De manera paralela, la cifra de familias que habitan viviendas inadecuadas, aquellas que no cumplen con las condiciones mínimas dignas para la vida cotidiana, también ha experimentado un preocupante aumento pasando del 25% en 2018 al 30% en 2021.
Las seis propuestas de Cáritas
La dificultad de acceso a viviendas dignas y a precios asequibles se presenta, por tanto, como uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. Así, el estudio de Cáritas propone algunas consideraciones tanto en la esfera de los ingresos como en la de los gastos para mejorar el equilibrio financiero de los hogares. Para ello considera decisivo:
1. Acciones concretas y efectivas de intervención para garantizar el acceso a una vivienda digna y adecuada: ampliar el número de viviendas sociales en alquiler y el número de viviendas de emergencia.
2. Planificar y coordinar políticas de empleo focalizadas en los colectivos con un acceso más complicado al mercado laboral y que tenga en cuenta la situación personal y familiar de la persona trabajadora.
3. Abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral.
4. Realizar los cambios legislativos necesarios para que las trabajadoras del hogar, en su gran mayoría, mujeres, alcancen una equiparación plena de derechos laborales y de seguridad social.
5. Establecer un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente, alcanzando al conjunto de la población en situación de pobreza severa.
6. El mencionado sistema de garantía de ingresos mínimos también debe ofrecer suficiencia en los montos, es decir, que estén de acuerdo tanto a los precios reales y al coste de la vida, como a la composición familiar.