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El Mecanismo de Anticitera, el ordenador más antiguo del mundo

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En el Museo Arqueológico Nacional de Atenas se pueden contemplar los restos de la primera computadora analógica de la Historia construida entre el 200 y el 100 a.C.

Fue por casualidad en abril de 1900. Unos buceadores en busca de esponjas descubrieron frente a la isla de Anticitera, de poco menos de 20 kilómetros cuadrados de extensión, unos restos de una galera romana que había naufragado en medio de otra tormenta hacía 2.200 años.

No se tardó mucho en recuperar estatuas de bronce, de mármol, una lira de bronce, varias piezas de cristalería… Espectacular, pero nadie prestó atención en primera instancia a una pieza de bronce muy corroída por la sal del mar.

Tuvieron que pasar exactamente dos años, Fue el 17 de mayo de 1902. El arqueólogo Valerios Stais estaba revisando los restos recuperados cuando algo le llamó la atención en esa pieza: parecía una rueda dentada. Descubrió que tenía inscripciones legibles en griego, entendió que debía ser enormemente importante y trascendental. Había nacido el Mecanismo de Anticitera.

82 fragmentos conocidos del mecanismo

Hasta la fecha se han encontrado 82 fragmentos conocidos, siete de los cuales contienen la mayoría del mecanismo y las inscripciones. El último se descubrió en 2018: una rueda dentada con la imagen de un toro.

Se trata de la primera computadora analógica de la historia. Un complejo mecanismo de relojería estaba compuesto por 37 ruedas dentadas que le permitían seguir los movimientos de la Luna y el Sol a través del zodíaco, predecir eclipses e incluso modelar la órbita de la Luna.

El nivel de miniaturización y complejidad de este elemento es notable y solo comparable a los relojes astronómicos que se construyeron en el siglo XIV en Europa.

Escaneado en 3D con sistema de rayos X

En 2005 se escaneó en 3D con un sistema de rayos X, lo que permitió separar virtualmente algunos de sus engranajes. Se descubrió entonces que el mecanismo es una especie de planetario en donde se predecía las órbitas de los planetas.

Posteriormente, investigadores de la UCL Mechanical Engineering de Londres descubrieron dos fechas en una de las placas: 462 y 442 años. Utilizando los métodos matemáticos de un filósofo de la época, Parmenides, han determinado que esas fechas son los ciclos planetarios de Venus y Saturno en el cielo, respectivamente.

Además, han conseguido modelar un nuevo engranaje de 63 dientes que encaja en la máquina, y que al moverse permite calcular esos ciclos planetarios con exactitud. Gracias a ello han podido añadir piezas que faltan al Mecanismo de Anticitera

Estos cálculos, a fecha de hoy, se han hecho con simulaciones por ordenador. El siguiente paso será construir físicamente el Mecanismo con todas las piezas, y comprobar si funciona en la realidad.

Pero ¿cómo pudieron construir los griegos de hace 2.000 años una máquina tan sofisticada, cuando los mecanismos de relojería tan precisos no aparecen hasta 1.500 años después?

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