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España atesora hallazgos arqueológicos de las grandes civilizaciones antiguas

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Nuestro país ha sido feudo y epicentro, por su estratégica ubicación, por su benigna climatología de casi todas las culturas y sociedades antiguas y hay vestigios que lo demuestran

Tartessos, fenicios, griegos, celtas, cartagineses, romanos, musulmanes o visigodos. Todas estas civilizaciones antiguas se han visto atraídas por las condiciones, el suelo y la estratégica ubicación y riqueza de nuestra actual península, de nuestra España…

Todo ello, y con el paso de los años, y gracias a los avances arqueológicos, ha dejado huella en diferentes puntos geográficos. La riqueza arqueológica que atesora España es casi inigualable en lo relativo a la diversidad de esos hallazgos.

En este pequeño especial te ofrecemos un resumen de esos principales yacimientos y hallazgos de carácter arqueológico que muestran lo que ha sido nuestro territorio a lo largo de muchos siglos.

Y estos son algunos de los hallazgos más importantes que se han producido, principalmente, en el último siglo en España.

Tesoro de El Carambolo

Conjunto de varias piezas de oro y cerámica hallado en 1958 en el cerro de El Carambolo de Camas, en Sevilla, se cree que es de origen tartesio y fue enterrado deliberadamente en el siglo VI antes de Cristo. Podría tratarse del ajuar de un sacerdote. El tesoro de El Carambolo es una colección de 21 piezas de oro, entre ellas un collar con medallones con grabados intrincados, varios adornos para el pecho en forma de piel de buey y espléndidas pulseras. Aunque los arqueólogos creen que el tesoro se enterró en el siglo VI a.C., es probable que la mayoría de las piezas se fabricaran dos siglos antes.

Casas del Turuñuelo

Se trata de un yacimiento arqueológico también tartésico del siglo V antes de Cristo que se localiza en el término municipal de Guareña, en Badajoz. En él se han encontrado piezas de artesanía, relieves de rostros humanos y restos de animales sacrificados, principalmente caballos. Las excavaciones arqueológicas se iniciaron en el año 2014, momento en el que se llevaron a cabo la limpieza de varios perfiles y la ejecución de un primer sondeo cuyo objetivo era conocer la potencia arqueológica del enclave y el arco cronológico en el que se insertaba la ocupación.

Tesoro de Aliseda

Se trata de un ajuar funerario, de nuevo procedente de la cultura tartésica, hallado en la localidad cacereña de Aliseda compuesto por joyas y otros enseres del siglo VII o VI antes de Cristo. Están fabricados de materiales preciosos como el oro y se cree que pertenecían a una mujer de la élite. Apareció en un túmulo donde se enterraron, al menos, dos miembros de la aristocracia, un hombre y una mujer. Lo componen 285 objetos de oro, algunos con piedras engastadas, un espejo de bronce y un conjunto de objetos (brasero, vaso de plata, patera de oro) y un jarrito de vidrio con una inscripción egipcia, utilizados en el rito funerario de la libación. Se encuentra el tesoro en el Museo Arqueológico Nacional.

Dama de Baza

Esta escultura íbera en piedra caliza del siglo IV antes de Cristo representa a una mujer de la aristocracia de la ciudad de Basti (actual Baza, en Granada). Su singularidad radica en su función como urna cineraria y en los elementos de carácter simbólico que la acompañan: el sillón alado, símbolo de la divinidad, y el pichón que lleva en la mano, nexo entre la mujer mortal y la divinidad. Esta obra fue encontrada en 1971 por el arqueólogo Francisco Presedo en el Cerro del Santuario. Se puede tratar de una guerrera divinizada (en relación con las facatas y otras armas encontradas en el yacimiento) o de una reina-sacerdotisa.

Bicha de Balazote

Hallada en el paraje de los Majuelos, al lado del pueblo albaceteño de Balazote, esta escultura íbera del siglo VI antes de Cristo representa a toro androcéfalo y formaba parte de un monumento funerario. Posiblemente el término de ‘bicha’ tenga relación con su carácter extraño y único, y proceda de un vocablo popular. Se halla depositada en el Museo Arqueológico Nacional desde 1910. Hay una réplica tallada en bronce en exposición en la Plaza del Altozano de Albacete y otra en escayola en la exposición permanente en el Museo de Albacete. 

Toros de Costitx

Estas tres cabezas de toro fabricadas con bronce entre los siglos V y III antes de Cristo son el mejor ejemplo de la artesanía de la cultura talayótica, que habitó en las Baleares. Se encontraron en 1895 en el santuario de Son Corró, en la isla de Mallorca, y se cree que representaban a una divinidad. Realizados en fundición a la cera perdida, huecos en el interior y con los detalles trazados en frío. Orejas y cuernos se fundieron por separado y se unieron a la cabeza mediante remaches. Los ojos, en algunos casos, estaban rellenos de pasta vítrea. Se interpretan como la representación de una divinidad más que como elementos de culto al toro. El santuario de Son Corró, en funcionamiento desde el siglo V a.C. hasta la conquista romana, era un edificio de planta rectangular en cuyo interior se distribuían sin orden pilares monolíticos, de un metro de altura, con posible función de betilos. 

Dama de Elche

Seguramente sea una de las piezas más famosas de la cultura íbera y de toda la historia arqueológica de España. La Dama de Elche data del siglo V o IV antes de Cristo y representa a una mujer de la aristocracia. Realizada en piedra caliza, lleva una tiara cubierta por un velo, una diadema y dos rodetes en los laterales.

León de Nueva Carteya

Cerca de Nueva Carteya, en Córdoba, se halló en 1920 esta escultura íbera de piedra caliza. Está datada entre los siglos IV y V antes de Cristo y representa a un león, figura que se colocaba cerca de los recintos funerarios de personajes socialmente importantes. La figura está realizada en piedra caliza. Alberga una longitud de 114,5 centímetros, una altura de 61 centímetros y un grosor de 23 centímetros. Este tipo de esculturas de leones se situaban cerca de los recintos funerarios de personajes de relevancia social, normalmente en lo alto de una columna, para que pudieran verse a gran distancia y aumentar su aspecto amenazante, protegiendo la sepultura de los saqueadores.

Tesoro de Tomares

Se trata de un conjunto de 19 ánforas romanas repletas de 600 kilos de monedas de bronce y plata llamadas follis. Pertenecen a los siglos III y IV y llevan las figuras de los emperadores Maximiano, Constancio I, Diocleciano y Galerio. Se encontró en Tomares, Sevilla, en 2015. En mayo de 2016, bajo el caluroso sol sevillano, unos operarios trabajaban en el acondicionamiento del Olivar del Zaudín cuando de pronto la pala de su máquina de excavación arrastró parte del conjunto de 19 ánforas que contenían 53.208 monedas romanas. El Tesoro de Tomares, así se denominó el hallazgo, fue calificado por la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía como un descubrimiento de un “valor histórico incalculable“.

Tesoro de Guarrazar

Este conjunto de coronas votivas y cruces fabricadas en oro y piedras preciosas se encontró en el siglo XIX cerca de la localidad toledana de Guadamur. Son uno de los mejores ejemplos de la artesanía visigoda y de las influencias bizantinas en la misma. Debieron ser ofrendas por parte de reyes y personajes de alto rango, a alguna de las basílicas de la capital del reino, Toledo, testimoniando la influencia de las costumbres bizantinas en la corte visigoda. Destacan dos brazos de una cruz procesional de oro y gemas, y la corona votiva del rey Recesvinto (649-672), de la que penden las letras con su nombre como oferente. El tesoro se encuentra hoy repartido en tres sedes: Museo Arqueológico Nacional, Palacio Real en Madrid y el Musée National du Moyen Age en París.

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