Una bailarina de la cantante Chanel ha sufrido en Zaragoza y en primerísima persona los efectos de estos milimétricos, indeseables y molestos insectos
Llevamos unas semanas sin dejar de oír hablar de chinches, de las que ‘habitan’ en París. Allí se habló de una plaga de chinches de cama. Se la denomina así porque habita en los colchones, en los asientos de transporte público, en las camillas de los hospitales, en las butacas de las salas de cine.
Pero París está muy cerca de cualquier punto de nuestro territorio y, según los expertos, las chinches parece que se expanden sin remedio por media península y algunas islas nacionales debido a su proliferación por las altas temperaturas, al turismo y a la inmigración.
Según ha notificado la empresa Anticemex, las chinches están presentes en cantidades ingentes ya en varias comunidades: Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Andalucía y Aragón. Y su número ha aumentado desde enero en más de un 70% y ya está generando una gran preocupación a las autoridades sanitarias.
Y lo de las chinches se ha viralizado estos días ya que Zaragoza ha sido escenario de un testimonio muy directo. Es el de María, bailarina de la artista Chanel, que terminó en el hospital al ser picada por las chinches cuando acudió a la capital maña a hacer un bolo.
“El picor es muy heavy“
Esta bailarina no ha dudado en compartir su experiencia, muy desagradable, con estos molestos insectos. Lo ha contado en TikTok: “Yo me fui a trabajar a Zaragoza, tenía un bolo con Chanel, y nos pusieron en un hotel que es una fantasía, pero con chinches. Me han devorado, literal. No dormí casi nada del picor, no paraba de rascarme. De hecho, me he hecho heridas. Nada más levantarme fui a la farmacia y la chica me dio una pomada para el picor. Por la noche fui al hospital porque me picaba muchísimo todo el cuerpo y quería una pastilla. Esto no es deseable para nadie. El picor es muy heavy, es que me pica muchísimo, y mira que me he echado la pomada cuatro veces al día y me pica un montón”.
Los expertos subrayan “la importancia de no subestimar el tema y actuar rápidamente al primer signo de infección”. También, han asegurado que no dan abasto porque esta situación está empeorando de manera significativa.
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental advirtió la semana pasada de que la presencia de estos insectos se trataba de un problema emergente en toda Europa. “Llevan con nosotros varios años, el problema es que cada vez hay más y no van a parar de aumentar”.
Motivos de esta inusual proliferación
La raíz, según ha asegurado, estuvo en las cárceles. Pero su inusual proliferación se debe a las altas temperaturas, a la inmigración y a la gran dificultad de eliminarlos de los hogares. “Se adhieren a nuestra ropa o incluso a las maletas, y se plantan en cualquier parte del mundo en 24 horas. Ya no hay ninguna barrera que impida su dispersión”.
Otro de los motivos de su presencia podría ser la desaparición de un pesticida que se usaba en los años 50. El diclorodifeniltricloroetano (DDT) se utilizaba para controlar ciertas plagas y dejó de usarse por sus efectos nocivos para la salud. Pero como sus residuos pueden mantenerse hasta 40 años en la naturaleza, estaban evitando la aparición de estos bichos.
Y si tienes chinches en casa…
Si tienes dudas sobre si hay chinches en tu casa, hay ciertos detalles que indican su presencia. El primero de ellos, y el más visible, son las picaduras en la piel. Pero también aparecen manchas y marcas en las sábanas.
Para poder poner fin a una plaga hay que lavar toda la ropa afectada por las chinches con agua caliente. Lo más efectivo es que esté a más de 70 grados durante al menos una hora. Si esto no fuera posible, hay que congelar esa ropa a -18 grados.
Por lo general, una chinche individual solo vive unos meses o, en algunos casos, hasta un año. Pero eso es tiempo suficiente para que una población explote
¿Qué son las chinches?
Las chinches son parte de una familia de insectos llamada Cimicidae, que incluye alrededor de 100 especies de pequeños insectos parásitos que se alimentan de animales de sangre caliente. Solo tres de estas especies suelen morder a los humanos, la más común de las cuales se conoce como Cimex lectularius.
Las chinches adultas son de color marrón rojizo, sin alas y miden alrededor de seis milímetros de largo, aproximadamente del tamaño de una pepita de manzana. A menudo se confunden con otros chupadores de sangre, como las pulgas, pero se pueden diferenciar por sus cuerpos planos y ovalados.