El presunto pirómano fue expulsado del bloque de la calle Alfonso X de Vigo tras una pelea a navajazos e intentó quemarlo días antes
La policía busca a un okupa de 40 años como principal sospechoso del incendio de un edificio usurpado de Vigo que se saldó con un balance de cuatro personas muertas de una familia de etnia gitana, una madre y tres de sus hijos, y seis heridos graves.
El presunto pirómano se peleó a navajazos con otro okupa que lo echó del edificio. Tras su expulsión, el sospechoso profirió a gritos amenazas tales, como “si me echan a mí, aquí no va a vivir nadie”. Se le relaciona con otros conatos de incendios recientes en el mismo inmueble.
Un vecino remarcó que la familia de los fallecidos se comportaba con civismo y no guardaba relación con el resto de okupas conflictivos de los edificios gemelos de los números 4 y 6 de la calle Alfonso X el Sabio, responsables de la inseguridad que sufre el barrio de As Travesas, en Vigo.
La policía investiga todavía las causas del incendio, si bien la hipótesis de un fuego provocado es la más plausible, porque el sospechoso ya intentó quemar el edificio hace unos días y por el testimonio de los familiares supervivientes de los fallecidos
El fuego comenzó en el quinto piso, a las 4 de la madrugada del pasado día 11, y acto seguido estalló otro foco en el portal, donde alguien bloqueó la salida; la basura y los enseres que los okupas acumularon en el edificio sirvieron de acelerante a las llamas.
Diez años de denuncias vecinales
“Que iba a arder ese edificio lo teníamos claro los vecinos, porque ya hubo chispazos antes en varias ocasiones”, informó un habitante del barrio en alusión a las conexiones eléctricas ilegales que hicieron los okupas.
“Son los amos de la calle. Montan escándalos prácticamente a diario, tiran cosas por la ventana y se pelean entre ellos. Se van unos y entran otros”, advirtió un residente de la zona.
La Voz de Galicia recogió el pasado agosto testimonios de los vecinos del barrio, cansados de la insalubridad del edificio y los problemas de delincuencia, reyertas y menudeo de drogas que se suceden desde hace una década en los inmuebles usurpados.
“Estamos cansados de llamar a la Policía para que vengan aquí. Follones en ese edificio hay día sí, día no. Es un nido de trapicheo. Se veía venir que algo malo iba a suceder, que un día reventaría todo”, indicó un testigo al citado medio.
“Nuestra comunidad lleva denunciando desde hace diez años en el Ayuntamiento las condiciones de insalubridad de estos inmuebles”, afirmó un vecino del edificio contiguo al inmueble siniestrado.