Todos los detenidos son de nacionalidad colombiana y cuentan con antecedentes penales por homicidio y narcotráfico
Un tribunal ecuatoriano determinó el jueves la detención de seis colombianos, acusados por la Policía de ser los presuntos perpetradores del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien fue baleado mientras salía de un acto de campaña el miércoles en Quito. Los sospechosos serán encarcelados preventivamente.
El magistrado decidió encarcelar a los seis hombres, basándose en los elementos presentados por la Fiscalía durante la audiencia de formulación de cargos, según informó el Ministerio Público por sus canales oficiales.
Todos con antecedentes penales por asesinato y narcotráfico
El juez ha fijado un período de instrucción fiscal de 30 días para el proceso penal contra Andrés Manuel Mosquera Ortiz, José Neider López Hitas, Adey Fernando García García, Camilo Andrés Romero Reyes, Jules Osmín Castaño Álzate y John Gregorio Rodríguez, todos de nacionalidad colombiana con antecedentes penales en su país de origen por narcotráfico, homicidio, hurto, tráfico y porte de armas y ataque a servidor público.
La Policía detuvo a seis hombres pocas horas después del atentado a Villavicencio. Durante los allanamientos en dos barrios de la capital ecuatoriana, encontraron diversas armas de fuego: un fusil, una subametralladora, cuatro pistolas y tres granadas.
Las autoridades ecuatorianas informaron que el séptimo hombre que murió tras resultar herido durante el intercambio de disparos entre los atacantes y el personal de seguridad que custodiaba a Villavicencio, también era de nacionalidad colombiana.
La muerte del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, ha dejado al país sumido en una profunda consternación. Solo once días antes de las elecciones generales extraordinarias, él se había inscrito como uno de los ocho candidatos para suceder a Guillermo Lasso en la presidencia.
agosto 12, 2023 @ 1:36 pm
Así que implicados en casos de homicidios y tráfico de drogas.
No tienen aspecto de pasar las vacaciones en Miami, Hawaii, el carnaval de Venecia, ni nada por el estilo.
Así pues, resulta que unos traficantes de droga locales, puestos a matar a quien les molesta directamente, policías menos corruptos de lo que esperan, fiscales o abogados que trabajan directamente en su contra, deciden asesinar a un candidato a la presidencia del país, que en el peor de los casos, por muy férreas que fueran las órdenes que diera a jefaturas y juzgados, no tendrían repercusión en el medio plazo, tiempo suficiente para reorganizarse.
A todas luces chivos expiatorios, listos para el sacrificio en nombre de un orden mayor.