Fernando Villén contrató a su amigo exedil del PSOE, Antonio Torres, quien ganó 360.000 euros sin salir siquiera de casa
La Audiencia Provincial de Sevilla condenó a Fernando Villén, exdirector general técnico de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) -famoso por sus juergas en prostíbulos con dinero público-, a tres años y seis meses de prisión por la ‘contratación ilegal y grosera’ de su amigo Antonio Torres, exalcalde socialista de Lebrija.
Según la sentencia, Villén, alto cargo de la Junta de Andalucía del PSOE, actuó “por su sola voluntad, amistad y afinidad política”, permitiendo que Torres percibiera 359.973,51 euros sin acudir a la sede de la Fundación ni realizar labor alguna.
La misma sentencia castigó al socialista Antonio Torres con dos años y tres meses de prisión por su papel como cooperador necesario en la malversación y por prevaricación.
Ambos condenados deberán indemnizar a la Junta de Andalucía con los 359.973,51 euros cobrados por Torres entre su ingreso en la Faffe y su posterior integración en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
En sus condenas se les aplicó la atenuante de dilaciones indebidas. La sentencia no es firme y puede recurrirse ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Tras perder la alcaldía de Lebrija, Torres acudió directamente a Villén en busca de empleo
Los magistrados acreditaron que, tras perder la alcaldía en 2003, el socialista Torres acudió directamente a Villén en busca de empleo. Este lo contrató alegando una supuesta utilidad para captar financiación, una justificación que el tribunal considera innecesaria, ya que la Faffe ya disponía de amplios fondos públicos.
Villén creó un puesto “ad hoc” llamado Dirección de Relaciones Externas, que no existía en el organigrama ni tenía sede, funciones o personal adscrito. “No consta” que Torres realizara tareas financieras ni tuviera capacidad para ello.
Aun así el socialista exigió ser contratado como fijo desde el inicio y negoció sus propias condiciones salariales. Aunque nunca se integró en la estructura de la Fundación ni participó en sus actividades, llegó a tener tarjetas de visita con el logotipo oficial.
‘La contratación es ilegal, grosera’
Los magistrados afirman que Torres solo realizó algunos contactos con autoridades desde su domicilio, usando herramientas básicas como una cuenta de correo gratuita.
“La contratación es ilegal, grosera (…), está basada en una decisión arbitraria dictada con la voluntad de apartarse de los principios de mérito y capacidad”, recoge la sentencia. Añaden que la Faffe ignoró todos los principios de contratación pública, sin valorar méritos ni abrir el proceso a otros candidatos.
El exedil socialista de Lebrija ‘no fue a trabajar pero recibió el dinero’
El tribunal concluye que esta contratación buscaba proporcionar un beneficio económico a Torres desviando fondos públicos. “Antonio Torres no fue a trabajar pero recibió el dinero”, sentencia la Audiencia, que lamenta el “desprecio patente a la legalidad administrativa” por parte de ambos.
“La conducta enjuiciada era fruto de un acuerdo entre ambos acusados para, aprovechando su cercanía personal o política, detraer fondos públicos en su propio beneficio y correlativo perjuicio para las arcas públicas”.








