En el acto de violencia, los agresores la tildaron de términos ofensivos y discriminatorios como “travelo de mierda”, “nenaza”, “maricona”, “engendro” y “monstruo”.
Lili jamás habría imaginado que la noche del pasado domingo se convertiría en la más oscura de su vida. En ese fatídico momento, mientras regresaba sola a casa alrededor de las once y media de la noche por la calle Ramón y Cajal de Cartagena, dos jóvenes, aparentemente menores de dieciocho años, la asaltaron de manera cruel y despiadada.
Empujaron a Lili con violencia, haciendo que cayera al suelo, y a partir de ahí, su pesadilla comenzó. Durante dos minutos interminables, los agresores la golpearon salvajemente por todo el cuerpo, dejando visibles moratones en sus brazos, como evidencia de la brutal paliza que recibió, relató en el medio LA VERDAD.
Lo peor de todo fue que los ataques no se limitaron a lo físico, sino que también la insultaron y humillaron debido a su identidad sexual. Desde que tenía seis años, Lili sabía que era una mujer, y a los doce, lo tuvo claro definitivamente.
Hace cinco años, a los 21 años, comenzó su transición para expresar al mundo su verdadera identidad.
En el acto de violencia, los agresores la tildaron de términos ofensivos y discriminatorios como “travelo de mierda”, “nenaza”, “maricona”, “engendro” y “monstruo”.
Lili no pudo soportar esto en silencio y tomó valientemente la decisión de denunciar el incidente ante la Policía Nacional, contando con el apoyo esencial de José María García, del colectivo Galactyco.
Al principio, Lili optó por no contar a nadie lo ocurrido, incluso mintió al decir que se había caído cuando fue al hospital debido al dolor en su cuello. Sin embargo, finalmente, convencida por una amiga, decidió denunciar el ataque. Admitió que sin el apoyo de su amiga, nunca hubiera tenido el valor de dar ese paso.
Las secuelas de este violento episodio van más allá de las marcas físicas. Lili está enfrentando heridas psicológicas profundas y difíciles de sanar, y esos 120 segundos de terror permanecerán en su memoria durante mucho tiempo.
Desafortunadamente, la zona donde ocurrió el ataque carece de cámaras de seguridad, lo que dificulta la identificación de los agresores. Lili recuerda vagamente que eran dos chicos jóvenes, de tez oscura y delgados, aparentemente de origen magrebí.
Este incidente es un recordatorio de la lucha continua que enfrentan las personas transgénero y de la importancia de seguir trabajando por la igualdad, el respeto y la tolerancia en nuestra sociedad.
agosto 8, 2023 @ 2:33 pm
Moros pegando travestis? Eso no posible es. Será otro bulo más de los ultramarinos.
agosto 10, 2023 @ 10:34 am
Es mentira: no lo han anunciado en la secta, que es mi biblia. ¡Si fuera verdad, lo hubieran anunciado, sin ninguna duda! Abrazos, bromistas.