La víctima, de nacionalidad paraguaya, conoció a Fátima Abdulahi en el club donde ambas ejercían la prostitución, en Barco de Valdeorras
La Audiencia Provincial de Orense ha condenado a Fátima Abdulahi a doce años y medio de prisión por asesinar a su compañera de piso, la joven paraguaya de 29 años, Leticia Sanabria, en la localidad de El Barco de Valdeorras.
En la sentencia, la magistrada que presidió el juicio señaló que la fallecida, de nacionalidad paraguaya, había conocido a la acusada en un club donde ambas trabajaban como prostitutas. Era habitual que la víctima le prestara dinero a la agresora, que nunca devolvía.
El fallo detalla que ambas mujeres residían en el mismo apartamento y que, durante la madrugada del 10 de septiembre de 2021, llegaron a su domicilio alrededor de las tres de la mañana. Entre las cuatro y las seis, se produjo una disputa que desembocó en una agresión violenta por parte de la condenada.
La asesina, de ‘personalidad dominante’ apuñaló y asfixió a su víctima
Según el jurado, la mujer atacó a su compañera, provocándole diversas contusiones y una herida profunda en el hombro izquierdo con un objeto punzante. Posteriormente, utilizó un elemento blando para tapar las vías respiratorias de la víctima, presionando hasta asfixiarla y provocarle la muerte.
Los informes periciales y las declaraciones de los forenses fueron determinantes para concluir que la causa del fallecimiento fue una asfixia por sofocación, y que las heridas en el rostro y el cuello evidenciaban intentos de defensa.
También, se informó que las heridas sufridas en la pelvis y el hombro impidieron que la víctima pudiera incorporarse, causándole un traumatismo craneal.
La asesina de Orense deberá compensar a la familia de su víctima
La jueza destacó que se probó el uso de la superioridad física por parte de la acusada, una persona con personalidad dominante, tal como relataron testigos y reconoció ella misma.
Además de la pena de cárcel la asesina deberá abonar una compensación económica de 150.000 euros a los familiares de la víctima. El jurado declaró a la acusada culpable de homicidio, al reconocer como agravante el abuso de superioridad.








