«Sabemos todo sobre ellos. Cada ruta y cada edificio» ha afirmado el presidente de Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró que su Gobierno está listo para llevar a cabo operaciones terrestres contra organizaciones del narcotráfico en Venezuela y en otras zonas de Iberoamérica. El anuncio llega después de varias semanas de ataques a presuntas embarcaciones dedicadas al tráfico de drogas en el mar Caribe y el océano Pacífico, acciones que han dejado más de 80 fallecidos y generado una importante ola de críticas internacionales.
EE. UU. ampliará su ofensiva antidrogas a territorio firme
Durante una intervención en la sede del Departamento de Estado, Trump defendió la contundencia de la estrategia militar y afirmó que cuenta con un fuerte apoyo dentro del país. Según indicó, la llegada de droga por vía marítima se habría reducido un 94%, y el Gobierno estadounidense trabaja ahora para rastrear el origen del restante 6%.
El mandatario adelantó que la siguiente fase de la campaña será incluso más agresiva:
“Vamos a aplicar la misma estrategia en tierra. Sabemos cada ruta, cada edificio y dónde viven. Lo conocemos todo”, aseguró en referencia a los grupos narcotraficantes.
Justificación: una “guerra” que provoca cientos de miles de muertes en EE. UU.
Trump defendió la ampliación de la ofensiva militar alegando el enorme costo humano que, según él, genera el consumo de drogas en Estados Unidos.
“El año pasado murieron 300.000 personas. Es una guerra devastadora. No voy a permitir que continúe”, afirmó.
Reacciones internacionales y escalada del discurso
A pesar del creciente rechazo de varias organizaciones y gobiernos extranjeros, la Casa Blanca ha mantenido su postura. En días recientes, Trump insistió en que está “eliminando” a los responsables del narcotráfico, mientras que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró que los ataques a embarcaciones “no han hecho más que empezar”.
Un giro sin precedentes en la política antidrogas de EE. UU.
La nueva estrategia representa un cambio profundo en la postura tradicional de Washington, marcando una militarización explícita de las operaciones antidroga más allá de sus fronteras. La Administración Trump sostiene que está dispuesta a “llegar hasta el final” para desmantelar los cárteles de la región.







