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Nigeria libera a 100 niños secuestrados de la escuela católica de Papiri tras un mes de terror

Según las autoridades, 165 rehenes siguen en manos de un grupo de bandidos sin identificar cuyo móvil es económico

Sigue la indiferencia izquierdista ante el genocidio y la persecución de cristianos. Las autoridades nigerianas lograron la liberación de 100 niños que hombres armados secuestraron el 21 de noviembre en la escuela católica St. Mary’s de Papiri, en el vecino estado de Níger.

Los criminales capturaron a 315 personas, en su mayoría menores de 9 a 14 años; 50 escaparon esa misma noche. El portavoz presidencial Sunday Dare confirmó que los 100 liberados viajan en avión a Abuja y el lunes los entregarán al gobierno estatal.

La iglesia católica local aún espera información oficial sobre los 165 rehenes que permanecen desaparecidos en los bosques del centro-norte del país, informa el Christian Post.

Desde Bandidos, hasta al-Qaeda

Aunque la escuela atacada es católica y el informe World Watch List 2025 de Open Doors registra 3.100 cristianos asesinados en Nigeria durante el último año, las autoridades insisten en que el móvil principal es económico.

Grupos de derechos humanos y analistas atribuyen el aumento de ataques a una mezcla de yihadistas, pastores fulani armados y grupos de bandidos que se lucran con el secuestro. En este crimen, las sospechas recaen en bandidos del propio Níger, que sufre un grave problema de bandidaje.

Nigeria también vive un aumento de raptos por rescate que generaron al menos 1,66 millones de dólares entre julio de 2024 y junio de 2025, según SBM Intelligence.

El grupo de bandidos yihadista, Lakurawa

En el noroeste del país ha surgido un grupo yihadista llamado, Lakurawa, vinculado al franquiciado de al-Qaeda en África Occidental JNIM. Los informes indican que portan armamento avanzado y promueven una ideología islamista radical.

En uno de sus últimos crímenes, el reverendo Edwin Achi de la diócesis anglicana de Kaduna murió en su cautiverio el 19 de noviembre, casi un mes después de que lo secuestraran junto a su esposa en su hogar en Nissi, Kaduna.

Los captores exigieron un rescate de 600 millones de nairas, equivalentes a unos 415.000 dólares. Su esposa, Sarah, permanece en cautiverio, y su hija también desapareció.

Mientras tanto, el presidente Bola Tinubu ordenó reclutar 50.000 policías y guardabosques adicionales. El Senado debatió declarar estos secuestros como terrorismo y aplicar la pena de muerte.

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