Nuevo presunto escándalo de corrupción que sacude al Gobierno de Pedro Sánchez y que depende del Ministerio de Ciencia
Es un nuevo capítulo de la interminable saga de presuntos casos de corrupción que azotan al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ahora, el Tribunal de Cuentas ha puesto bajo lupa decenas de contratos adjudicados por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dependiente del Ministerio de Ciencia dirigido por la socialista Diana Morant.
Según informa ABC, esta investigación, iniciada en septiembre de 2025, revela un entramado de irregularidades en CNIO en la contratación de personal, bienes y servicios que podría destapar un desfalco millonario, sumándose a la larga lista de sombras que envuelve al PSOE en materia de gestión pública.
El foco de la auditoría recae en contratos firmados principalmente a partir de enero de 2025, coincidiendo con el cese fulminante de la directora del CNIO, María Blasco, y el gerente Juan Arroyo, ambos salpicados por denuncias de malversación y prevaricación.
Un equipo de entre tres y cinco auditores del Tribunal de Cuentas ha estado revisando exhaustivamente la documentación durante meses, manteniendo reuniones con el actual gerente, José Manuel Sánchez Bernabé. Todo con la expectativa de un informe concluyente en los próximos cuatro a seis meses sobre CNIO.
Compras fraudulentas
ABC detalla que estas pesquisas surgen de múltiples denuncias de trabajadores y proveedores, que alertan sobre anomalías contables y adjudicaciones opacas, incluyendo compras fraudulentas que podrían ascender a hasta 23 millones de euros en fondos públicos desviados.
La Fiscalía Anticorrupción ya ha dado un paso adelante, incoando diligencias por delitos graves como malversación de caudales públicos, tráfico de influencias y prevaricación. Esta actuación se basa en documentación remitida por la Fiscalía General del Estado y la de Madrid, después de que un juzgado madrileño inadmitiera una querella inicial.
El escándalo ha provocado una hemorragia de confianza: donantes privados, esenciales para la financiación del CNIO, han suspendido aportaciones por miles de euros, dejando al centro oncológico en una posición precaria justo cuando España necesita avanzar en la lucha contra el cáncer.
Papel cómplice del PSOE
Pero lo más grave, como revela la información recogida por ABC, es el papel pasivo o cómplice del Gobierno socialista. La ministra Diana Morant, fiel escudera de Sánchez, habría ocultado irregularidades internas durante meses, ignorando avisos claros de los empleados.
En agosto de 2025, trabajadores enviaron comunicaciones urgentes al secretario de Estado de Investigación, Juan Cruz Cigudosa, sobre adquisiciones sospechosas. Incluso una carta del 3 de marzo de ese año advertía de acusaciones previas desde diciembre de 2024 por posibles ilícitos penales, incluyendo corrupción en la gestión de fondos europeos y estatales. Se trata de una casualidad o de un encubrimiento sistemático.
Engranaje clientelar del PSOE
El silencio de Moncloa huele a más de lo mismo: el engranaje clientelar del PSOE priorizando enchufes sobre la transparencia. Esto nos recuerda al despilfarro en la compra de mascarillas durante la pandemia o los amaños en contratos de residencias.
Bajo Sánchez, el Ministerio de Ciencia, que debería impulsar el progreso, se ha convertido en un pozo negro de favoritismos. La oposición, con el PP a la cabeza, exige ya dimisiones y una comisión de investigación en el Congreso.
Humo de corrupción socialista
ABC, en su exhaustiva cobertura, pone el dedo en la llaga: el contribuyente español merece cuentas claras, no más humo.
Mientras el Tribunal de Cuentas avanza, la ciudadanía observa con indignación cómo el Gobierno de Sánchez acumula escándalos como trofeos. Y nos preguntamos si renunciará Morant, si intervendrá Sánchez, o seguirá protegiendo a los suyos. La respuesta definirá si España puede recuperar la fe en sus instituciones, o si el socialismo ha convertido la Administración en su cortijo particular.
