El régimen chavista, como denuncia Alcalá, no es un gobierno fallido, sino un imperio del crimen que sobrevive gracias a Delcy y Jorge
En un giro que podría desmantelar las estructuras ocultas del chavismo, el general retirado Clíver Alcalá, único condenado en la macrocausa estadounidense contra la cúpula de la dictadura venezolana, ha enviado una carta incendiaria al presidente Donald Trump desde su celda en Nueva York.
En este documento, al que ha tenido acceso ABC, Alcalá no solo rompe años de silencio, sino que desenmascara al régimen chavista como una maquinaria criminal orquestada por los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, a quienes describe como los «verdaderos controladores» de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Esta revelación expone la podredumbre profunda de un sistema que ha sumido a Venezuela en la miseria, el fraude y el terror, perpetuando una tiranía que amenaza no solo a su pueblo, sino a la seguridad global.
Alcalá, condenado a 21 años de prisión por proveer apoyo material a las FARC –siguiendo órdenes directas de Hugo Chávez– y por transferencias ilícitas de armas, se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses en 2020.
Entramado delictivo
Desde entonces, ha cooperado con la Fiscalía, pero su testimonio actual eleva la apuesta. «Dos personas fundamentales en todo este entramado delictivo son los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. De visibilidad menor y calculada, son los verdaderos cerebros maquiavélicos detrás de los jefes de la corporación de carteles conocida como cártel de los Soles», escribe en la misiva, según detalla ABC.
Afirma que Delcy, vicepresidenta y figura clave en la represión, y su hermano Jorge, presidente de la Asamblea Nacional, operan desde la cúspide del Estado con un perfil deliberadamente bajo, diseñando operaciones que van desde el narcotráfico masivo hasta el fraude electoral sistemático.
El régimen chavista, bajo esta denuncia, se revela como un cartel estatal: el Cártel de los Soles, integrado por militares y altos funcionarios, trafica cocaína a EE.UU. con impunidad, lavando fortunas a través de la minería ilegal en el Arco Minero del Orinoco. «El oro funcionaba como un elemento clave en el mecanismo de lavado de dinero del narcotráfico», explica Alcalá, pintando un panorama de corrupción endémica que ha financiado la supervivencia de la dictadura.
Fraude electoral
Peor aún, los Rodríguez controlan el fraude electoral mediante «máquinas de votación paralelas de Smartmatic», alterando resultados para perpetuar el poder. «Los controladores de todo este sistema son los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez», denuncia, corroborando alegaciones previas de Hugo ‘el Pollo’ Carvajal, extraditado desde España. Esta tecnología, nacida según el testimonio como herramienta del chavismo, se ha exportado incluso a elecciones en EE.UU., socavando democracias aliadas.
La carta también destapa alianzas siniestras: Maduro, bajo la tutela de los Rodríguez, ha tejido lazos con Irán, la Guardia Revolucionaria e Hizbolá desde 2007, facilitando envíos de uranio y apoyo terrorista. Grupos como el Tren de Aragua, nacidos en cárceles chavistas para reprimir disidentes, han sido «exportados» a EE.UU. y otros países, extendiendo el caos venezolano.
Amenaza a la seguridad nacional
Alcalá advierte a Trump: el chavismo es «una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos«, ofreciéndose a declarar sobre estos lazos, incluyendo contactos informales con legisladores estadounidenses.
Esta delación contrasta con la tibieza de la era Biden, que liberó a los «narcosobrinos» de Maduro –condenados por traficar 800 kilos de cocaína– y al testaferro Alex Saab, acusado de blanqueo.
Mientras, Alcalá purga su pena por lealtad ciega al chavismo inicial, pero ahora expone su depravación. Delcy, sancionada por la UE, provocó una crisis en 2020 al aterrizar en España pese a la prohibición, reuniéndose en secreto con el entonces ministro José Luis Ábalos, y mantiene nexos con exlíderes socialistas como Zapatero.
Arquitecta de la tiranía
Lejos de la imagen «moderada» que le atribuye The New York Times, es la arquitecta de una tiranía que ha causado millones de exiliados, hambruna y asesinatos.
El régimen chavista, como denuncia Alcalá y que recoge ABC, no es un gobierno fallido, sino un imperio del crimen que sobrevive gracias a Delcy y Jorge. Su caída podría liberar a Venezuela de esta pesadilla, pero exige acción internacional inmediata.
Trump, receptor de esta bomba, tiene en sus manos la clave para desarticularlo. Mientras, el pueblo venezolano clama justicia contra los verdugos que lo han desangrado.












