Interior se niega a publicar las estadísticas sobre la nacionalidad de los delincuentes. El Gobierno oculta datos que desmontan su discurso proinmigración y pone en riesgo la seguridad de los españoles.
El Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, se niega a publicar las estadísticas oficiales sobre la nacionalidad de los delincuentes en España. ¿Por qué este oscurantismo? La respuesta es sencilla: los datos destrozarían el relato proinmigración y «antirracista» que el Gobierno y sus terminales mediáticas intentan imponer a martillazos.
La realidad frente a la propaganda
Mientras nos bombardean con que la inmigración masiva e ilegal no tiene nada que ver con el aumento de la delincuencia, la realidad en nuestros barrios es tozuda. Los ciudadanos tienen derecho a conocer las cifras, a saber qué porcentaje de delitos son cometidos por extranjeros, especialmente por aquellos en situación irregular, para poder formarse una opinión basada en hechos, no en eslóganes.
La delincuencia extranjera en cifras: los inmigrantes son condenados 2,5 veces más que los españoles
El «wokismo» protege al delincuente y abandona a la víctima
Esta negativa a dar información es un insulto a las víctimas y una muestra más de cómo la ideología «woke» prioriza la supuesta «no estigmatización» del delincuente (siempre y cuando sea extranjero) por encima de la seguridad y el derecho a la información de los españoles. Nos dicen que no hay correlación, pero nos impiden ver los números que lo demostrarían o lo desmentirían.
¿Qué teme Marlaska? ¿Que los españoles descubran que la generosidad sin control y las fronteras abiertas tienen consecuencias directas en la seguridad de nuestras calles? Los españoles no son tontos y, aunque el Gobierno oculte los datos, la experiencia diaria en muchas zonas de España habla por sí sola. Exigimos transparencia, queremos los datos, tenemos derecho a saber quiénes son los que perturban nuestra convivencia.
Se registran ya 2,3 millones de solicitudes por la nacionalidad española
Transparencia selectiva: cuando interesa, sí hay datos
Curiosamente, Interior no tiene problema en publicar estadísticas cuando sirven para reforzar su discurso. Ahí desaparece la preocupación por “estigmatizar”.
Pero cuando se trata de mostrar la proporción real de delitos cometidos por extranjeros, el Ministerio se atrinchera detrás de excusas administrativas. Un comportamiento impropio de un Estado democrático.
¿Qué teme Marlaska?
¿Que los españoles descubran que la generosidad sin control y las fronteras abiertas tienen consecuencias directas en la seguridad de nuestras calles?
¿Que la percepción ciudadana se corresponda exactamente con la realidad que el Gobierno intenta ocultar?
¿Que la izquierda pierda el monopolio moral si quedan al descubierto las consecuencias de su política migratoria?
Los españoles ya han sacado sus propias conclusiones
Los ciudadanos no son tontos y, aunque el Gobierno oculte los datos, la experiencia diaria en muchas zonas de España habla por sí sola.
Los robos, agresiones, okupaciones y delitos sexuales cometidos por inmigrantes irregulares llenan titulares y atestados policiales. Mientras tanto, Marlaska pretende convencer a los españoles de que lo que ven con sus ojos “no es real”.
Exigimos transparencia: los datos son un derecho democrático
En democracia no puede haber zonas opacas, y menos cuando hablamos de seguridad ciudadana. Los españoles tienen derecho a saber quién delinque, en qué proporción y qué políticas fallan.
La ocultación deliberada de información pública no solo es un ataque a la verdad: es un ataque directo a la seguridad de toda la ciudadanía.
Cuando el Gobierno oculta datos, demuestra que ha perdido el debate
Si Interior estuviera seguro de que la delincuencia importada no es un problema, publicaría los datos con orgullo. El silencio de Marlaska confirma lo contrario: sabe que los datos desmontan su discurso.












