La prestigiosa guía extiende su ranking gastronómico al vino con una nueva distinción que premia la excelencia vitivinícola a partir de 2026
La Guía Michelin acaba de presentar la Uva Michelin, un sistema de clasificación que otorgará 1, 2 o 3 Uvas a las bodegas más destacadas del planeta, además de una categoría Recomendado. Esta distinción nace tras 125 años reconociendo la excelencia en restaurantes y, más recientemente, en hoteles con las Llaves Michelin.
“Tras guiar a los amantes de la gastronomía hacia las mejores mesas en más de 70 destinos y hacia alojamientos excepcionales en todo el mundo, la Guía Michelin se complace en abrir un nuevo capítulo con el universo del vino”, declaró Gwendal Poullennec, Director Internacional de la Guía Michelin.
Una clasificación clara para todos los amantes del vino
- Tres Uvas distinguen a productores excepcionales en los que siempre se puede confiar, sin importar la añada.
- Dos Uvas reconocen a bodegas excelentes y muy consistentes dentro de su región.
- Una Uva señala a productores de gran nivel que brillan especialmente en los mejores años.
Cinco criterios universales deciden la distinción
Los inspectores aplican cinco criterios idénticos en todo el mundo. Evalúan la calidad de la agronomía, centrándose en la salud del suelo y el cuidado de las cepas. También analizan el dominio técnico de la vinificación para comprobar que refleja el terruño sin defectos. Además, valoran la identidad del vino, su capacidad para expresar personalidad, lugar y cultura.
Entre otros parámetros, se miden el equilibrio entre acidez, taninos, madera, alcohol y dulzor. Finalmente, se comprueba la constancia a través de varias añadas, premiando los vinos que mejoran con el tiempo.
Burdeos y Borgoña estrenan la Uva Michelin en 2026
Los inspectores especializados, antiguos sumilleres y expertos del sector, trabajarán con total independencia para seleccionar los dominios que encarnan la excelencia vitivinícola mundial. Las primeras clasificaciones llegarán en 2026 y se centrarán en dos regiones icónicas del vino francés: Burdeos y Borgoña.
Burdeos representa el prestigio histórico y la proyección internacional con sus grandes bodegas. Respecto a Borgoña, destaca por su enfoque familiar y su transmisión generacional del saber hacer.








