La Comisión Europea de Von der Leyen perjudicará gravemente al sector primario nacional
La Comisión Europea ha presentado su propuesta del nuevo Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034, un presupuesto que prioriza la defensa, la seguridad y la competitividad industrial, mientras reduce la inversión en políticas tradicionales de la Unión Europea. Entre las más afectadas se encuentra la Política Agraria Común (PAC), que según el plan inicial sufriría un recorte del 22% en comparación con el período actual, pendiente aún de negociación con los Estados miembros y el Parlamento Europeo.
Estos recortes han encendido las alarmas en el sector agrario europeo, y especialmente en España. La propuesta de Bruselas asigna al campo español 79.900 millones de euros entre 2028 y 2034, lo que, según estimaciones de organizaciones agrarias, significaría una pérdida directa de aproximadamente 877,5 millones de euros en las rentas de agricultores y ganaderos. Desde COAG advierten que este recorte supera incluso las previsiones más pesimistas y que no se trata de un ajuste puntual, sino de un recorte general que afectará a todas las áreas de la PAC.
Los recortes afectarían tanto a los pagos directos como a ayudas específicas, incluyendo incentivos al algodón, ecoesquemas, compromisos medioambientales, programas para jóvenes agricultores y planes de modernización de explotaciones. En términos prácticos, las organizaciones del sector denuncian que se debilita el conjunto del sistema de apoyo que garantiza la viabilidad económica del campo español.
El momento elegido para estos recortes tampoco es casual. El sector agrícola español está en fase de recuperación tras los impactos de la sequía y el aumento de costes provocados por la guerra en Ucrania. Según datos recientes del Ministerio de Agricultura, el campo aporta más de 40.400 millones de euros al valor añadido bruto y mantiene cerca de 680.000 empleos. No obstante, estudios como los de CaixaBank Research señalan que su peso en la economía aún se encuentra por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Además, las organizaciones agrarias critican la desigualdad en la asignación presupuestaria. Mientras se incrementan considerablemente partidas como defensa y seguridad, se reduce la inversión en una política que consideran esencial para garantizar la soberanía alimentaria europea. La PAC, recuerdan, no es un programa coyuntural, sino un pilar fundacional de la Unión Europea desde los años cincuenta.
La tensión ha llevado al sector a organizar una respuesta histórica. COPA-COGECA ha convocado una manifestación en Bruselas para el 18 de diciembre, con la asistencia prevista de más de 10.000 agricultores y ganaderos de los 27 países de la UE, en lo que será la primera gran protesta coordinada del campo europeo en la capital comunitaria.
Desde ASAJA, el descontento se resume en tres puntos: el incumplimiento de las promesas que consideran estratégica a la agricultura, la competencia de terceros países que no cumplen los mismos estándares de producción y medioambientales, y la necesidad de simplificar la normativa de la PAC. Además, con la inflación acumulada, el recorte real podría alcanzar hasta un 33%.
Las repercusiones no se limitarían al ámbito rural. COAG advierte que una reducción cercana a los 900 millones de euros podría traducirse en un aumento del precio de la cesta de la compra entre un 6,5% y un 9%, lo que supondría un sobrecoste anual de entre 350 y 500 euros por hogar. Desde el sector agrícola insisten en que recortar la PAC no solo pone en riesgo la supervivencia de agricultores y ganaderos, sino también el acceso de la población a alimentos de calidad a precios razonables.







