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Las mentiras de la ideología ‘woke’ se derrumban en Europa ante el auge imparable del sentido común patriótico

El hartazgo ciudadano frente a la inseguridad y la imposición progresista impulsa a la derecha identitaria en todo el continente, desde Berlín hasta Lisboa

Europa está viviendo un despertar político sin precedentes. Tras décadas de hegemonía socialdemócrata y consenso progre, el péndulo de la historia gira con fuerza hacia la derecha. No es un fenómeno aislado ni una «ola reaccionaria» como intentan vender los medios subvencionados; es la respuesta natural y democrática de millones de europeos que se han cansado de ser tutelados, empobrecidos y señalados moralmente por una élite desconectada de la realidad.

El mapa político del continente se tiñe de azul oscuro. En Italia, Giorgia Meloni demuestra que se puede gobernar con firmeza y sin complejos. En Francia, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen es ya la primera fuerza de oposición real, marcando la agenda legislativa. Y en Alemania, el gran motor de Europa, la AfD rompe todos los techos de cristal ante el colapso del gobierno «semáforo» de socialistas y verdes. Incluso en Portugal, Chega se consolida como una alternativa de poder real.

El fracaso del multiculturalismo

¿Qué impulsa este cambio? La realidad. El votante medio europeo ve cómo sus barrios se degradan, cómo la inseguridad campa a sus anchas y cómo los servicios públicos colapsan bajo la presión de una inmigración descontrolada que nadie votó. Mientras la izquierda sigue enfrascada en sus guerras culturales de género y clima, la derecha patriótica habla de lo que realmente importa: fronteras seguras, soberanía nacional, protección de la industria local y seguridad en las calles.

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La etiqueta de «ultraderecha», utilizada hasta la saciedad para estigmatizar a estas opciones, ha perdido su efecto. Ya no asusta a nadie porque la gente ve que los verdaderos radicales son quienes han permitido que Europa pierda su identidad y su prosperidad. El «cordón sanitario» se ha roto por la fuerza de los votos.

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Un aviso para Sánchez

España no es ajena a esta corriente de fondo. Aunque Pedro Sánchez intente levantar un muro contra la «fachosfera», la realidad europea le aísla cada vez más. El sanchismo se está quedando solo en una Europa que vuelve a valorar el orden, la libertad y la nación.

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La izquierda pierde porque sus mentiras ya no cuelan. Europa quiere volver a ser Europa, y la derecha patriótica es la única que ofrece un camino de retorno al sentido común.

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