Según informaciones, la investigación habría sido objeto de una «explosión controlada» desde las cloacas policiales para blindar políticamente a Zapatero
La investigación sobre el caso Plus Ultra ha generado una profunda inquietud en sectores de la Guardia Civil, tras la aparición de imágenes que muestran al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero reuniéndose con Julio Martínez Martínez, detenido apenas 72 horas después de ese encuentro. Para distintos mandos y agentes, estos hechos confirmarían que la causa fue sometida a una “explosión controlada” desde las denominadas cloacas policiales con un objetivo claro: blindar políticamente a Zapatero y frenar el avance de la Unidad Central Operativa (UCO), según informa The Objective.
Sospechas sobre una investigación dirigida
Fuentes tanto de la Benemérita como de la Policía Nacional aseguran que la entrada de la UDEF en la sede de Plus Ultra y las posteriores detenciones no responderían a una actuación independiente y transparente. Por el contrario, sostienen que se trataría de una operación diseñada para limitar daños, encauzar el procedimiento judicial y evitar que la investigación alcanzara al entorno más cercano del expresidente socialista.
Los nombres clave del entramado
Las miradas se dirigen especialmente hacia Segundo Martínez, exdirector de Seguridad de Zapatero en La Moncloa y actualmente directivo de Huawei, a quien los investigadores señalan como una figura clave para influir en los resortes del Ministerio del Interior. Junto a él aparece Francisco Pardo, actual director general de la Policía Nacional y vinculado históricamente al zapaterismo.
El último encuentro entre Zapatero y Martínez, producido solo tres días antes de la detención, hizo saltar todas las alarmas. Según fuentes policiales, tras esa reunión se produjo un borrado masivo de correos electrónicos y mensajes, una acción interpretada por la Guardia Civil como un intento deliberado de obstaculizar la investigación y eliminar pruebas comprometedoras.
Una red paralela dentro de Interior
Los investigadores consideran que la secuencia de acontecimientos no es casual. Creen que Zapatero habría tenido acceso privilegiado a información sensible gracias a contactos internos en la Policía Nacional, al margen del Gobierno actual. Esta circunstancia refuerza la tesis de la existencia de una red operativa paralela orientada a proteger al expresidente.
Las fuentes describen el circuito interno de información dentro de la Policía: los informes de la UDEF pasan primero por el comisario Fernando Alonso, designado por Fernando Grande-Marlaska. Desde su llegada, denuncian, la UDEF habría sido desplazada de las grandes investigaciones, dejando el protagonismo a la UCO de la Guardia Civil.
Posteriormente, la documentación llega al comisario general de Policía Judicial, Luis Fernando Pascual, y de ahí al director adjunto operativo (DAO), José Ángel González, conocido como Jota. Este último mantendría, según las fuentes, una relación directa con Segundo Martínez, al que califican como “el hombre de Zapatero en Interior”.
Reforma legal y control de la cúpula policial
El control de la cúpula policial se habría reforzado mediante una reforma legal a medida que permitió al DAO continuar en el cargo pese a haber alcanzado la edad de jubilación forzosa. El cambio se introdujo de forma discreta en un real decreto ajeno a la materia policial, dejando un puesto clave bajo control directo del Gobierno.
Para los investigadores, esta maniobra buscaba asegurar el dominio de los mandos operativos y evitar investigaciones que pudieran comprometer al entorno de Zapatero. En ese contexto sitúan el desarrollo del caso Plus Ultra, que describen como un cortafuegos político.
Miedo a que el caso quede en nada
Aunque existen vínculos documentados entre el entorno del expresidente y Julio Martínez Martínez, al que consideran un posible testaferro, las fuentes temen que el procedimiento acabe como el caso Morodo: penas menores, pactos con Fiscalía y ningún coste político para Zapatero.
Recuerdan que en aquella causa, pese a las conexiones con PDVSA y el chavismo, la investigación nunca escaló. “Zapatero ha demostrado una gran capacidad para neutralizar causas judiciales”, advierte una de las fuentes.
El diagnóstico interno es contundente:
“Hoy confiaría más en la UCO que en la Policía Nacional. El 90% del cuerpo es profesional, pero la cúpula está contaminada por la cloaca”.
Un control que, de consolidarse, podría frustrar una investigación que amenazaba con destapar una de las mayores redes de poder e impunidad vinculadas al zapaterismo.












