En España, mucho más del millón de personas tienen ya como primera lengua el árabe, cerca del 3% de la sociedad
En España, el castellano sigue siendo hegemónico, obviamente. Le siguen el catalán/valenciano, el gallego y ya el árabe, por delante del euskera. Estas cinco son las principales lenguas territoriales.
El árabe se ha consolidado como una la primera lengua de origen extranjero y es la que más crece, muy por encima del inglés. Aunque todavía compite en cifras con el gallego, los datos apuntan a que el árabe está a las puertas de situarse de facto como tercera gran lengua social en el país por volumen de hablantes. Son datos que confirma el INE.
Lenguas principales y cifras
Según estimaciones recientes, casi el 99% de la población maneja el castellano como primera o segunda lengua. Entre las lenguas cooficiales, el catalán/valenciano, el gallego y el euskera concentran cada una entre algo más del 1% y cerca del 4% de los hablantes.
En el ámbito de lenguas de inmigración, el árabe es ya una de las más extendidas: el censo de 2021 cifraba en algo más de 1 millón las personas cuya primera lengua es el árabe, alrededor del 2,1% de la población, superando a inglés, rumano o francés. Una vez se actualicen los datos, se estima que llegará al 3% de la ciudadanía. Las comunidades marroquíes, argelinas y de otros países del norte de África explican gran parte de este peso demográfico.
Distribución geográfica
El castellano es oficial y mayoritario en todo el territorio, mientras que catalán/valenciano se concentra en Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares; el gallego en Galicia; y el euskera en el País Vasco y parte de Navarra.
El árabe, en cambio, se distribuye por toda España con fuerte presencia en Cataluña, Andalucía, Madrid y, de manera muy destacada, en Ceuta y Melilla.
La población de origen magrebí supera los 900.000 residentes, y a ellos se suman sus hijos nacidos en España, que suelen crecer en hogares bilingües (árabe en casa y castellano en la escuela), reforzando el uso cotidiano del árabe.
Esta dispersión territorial hace que el árabe sea cada vez más visible en barrios, comercios, centros educativos y servicios públicos de las grandes ciudades.
Evolución del árabe en diez años
En 2006 se registraban algo más de 600.000 ciudadanos procedentes del Magreb y países árabes empadronados en España; para 2021 la cifra de hablantes cuya primera lengua es el árabe superaba ya el millón de personas.
Estudios sobre inmigración señalan que el contingente magrebí prácticamente se ha duplicado en las dos últimas décadas, consolidando el árabe como la lengua extranjera que más crece.
Los datos del propio INE sobre población nacida fuera de España sitúan al árabe entre las cuatro lenguas extranjeras más habladas, con más de 600.000 hablantes solo entre quienes han nacido en el extranjero, por encima del francés y cerca del inglés. Todo indica que, mientras el número de hablantes de euskera y el gallego se mantienen estables, el árabe continúa escalando posiciones.
Las cinco lenguas más habladas
Tomando en cuenta tanto lenguas oficiales como lenguas de inmigración y su peso real en número de hablantes, las cinco primeras serían: castellano, catalán/valenciano, gallego, árabe y euskera (pierde la cuarta posición este año).
Pero la combinación de natalidad más alta en comunidades de origen magrebí y reagrupación familiar hace prever que el peso del árabe seguirá aumentando frente a unas lenguas cooficiales que crecen poco o se estancan.
En esta distópica España, en apenas una década, esta lengua, vinculada principalmente a la inmigración procedente de Marruecos y otros países del Magreb, ha pasado de ser un fenómeno limitado a ciertos barrios y ciudades a convertirse en una realidad cotidiana en buena parte del territorio nacional.
El propio Instituto Nacional de Estadística confirma que el árabe figura entre las cuatro lenguas extranjeras más presentes entre los nacidos fuera de nuestras fronteras, por encima del francés y muy cerca del inglés.
Este crecimiento se explica por el fuerte aumento de la inmigración magrebí en los últimos años, hasta superar los 900.000 residentes marroquíes, a los que se suman argelinos y otros grupos árabes, así como sus hijos nacidos ya en España, que crecen en entornos bilingües.
Una transformación silenciosa
Se trata de una transformación silenciosa que contrasta con la estabilidad —cuando no el retroceso— de las lenguas cooficiales históricas, como el gallego o el propio euskera, que no logran incrementar su base social según el INE
Mientras los gobiernos miran hacia otro lado, el mapa lingüístico del país cambia a gran velocidad, impulsado por políticas migratorias que han facilitado una llegada masiva y sostenida.
España se encamina así hacia un escenario en el que el árabe podría consolidarse como tercera gran lengua social, desplazando a una lengua milenaria como el gallego y abriendo un debate de fondo sobre integración, modelo de convivencia y defensa de las señas de identidad nacionales, como apunta la COPE.












