El presidente de Estados Unidos resalta a la formación patriota y soberanista alemana
Durante años, Alternativa para Alemania (AfD) fue considerada un partido marginal dentro del sistema político alemán, señalado por sus críticos como disruptivo y opuesto a los consensos establecidos tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esa etapa parece quedar atrás. Hoy, AfD encabeza gran parte de las encuestas y se perfila como una fuerza decisiva, recibiendo además un respaldo creciente desde Estados Unidos.
Este apoyo tiene un peso significativo. AfD deposita su confianza en el expresidente estadounidense Donald Trump para superar el aislamiento político impuesto por los grandes partidos alemanes y para contrarrestar las acciones de los organismos constitucionales que evalúan su posible ilegalización.
La Nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, documento que define la visión global de la administración Trump, alerta sobre la amenaza a la civilización europea. El informe critica a los líderes de la Unión Europea por socavar procesos democráticos y subraya la intención de Washington de “fomentar, dentro de los países europeos, la resistencia frente a la trayectoria actual de Europa”.
Esa resistencia tiene referentes claros. Para Estados Unidos, se traduce en partidos como VOX en España, el Reagrupamiento Nacional en Francia y AfD en Alemania, que cuestionan la burocratización de Bruselas, la cesión de soberanía y las políticas migratorias centralizadas.
El caso de Alemania resulta especialmente relevante. AfD ya recibió apoyo de figuras como Elon Musk y el vicepresidente estadounidense J.D. Vance durante la campaña de las elecciones generales de febrero, consolidándose como la segunda fuerza política del parlamento alemán.
Para la administración Trump, el principal desafío ya no proviene de Moscú, sino de Bruselas: las élites occidentales que, según Washington, han debilitado la soberanía de las democracias europeas.












