Vivimos en una burbuja llamada ChatGPT
Vivimos en una burbuja peligrosa donde “Inteligencia Artificial” se ha convertido en sinónimo de ChatGPT. Para el gran público, no existe nada más. Y eso es un error grave. Mientras OpenAI y Sam Altman protagonizan luchas internas, despidos encubiertos y giros estratégicos constantes, el ecosistema de la IA se ha diversificado a una velocidad brutal.
La realidad es incómoda: ChatGPT ya no es la mejor herramienta para todo. Sigue siendo generalista, sí, pero otros modelos están empezando a hacer tareas concretas muchísimo mejor. He probado decenas de aplicaciones nuevas esta semana, y tres de ellas han conseguido algo impensable hace un año: que deje de abrir ChatGPT por defecto.
No son IAs para “charlar”. Son herramientas de trabajo real.
1. Perplexity: el fin de Google tal y como lo conocemos
Si sigues buscando en Google como en 2015, estás perdiendo tiempo. Perplexity AI no funciona con enlaces azules ni con SEO inflado. Funciona con respuestas directas, estructuradas y citadas.
Le preguntas algo complejo como “¿cuál es el mejor seguro de coche calidad-precio en España?” y no te manda a diez artículos patrocinados. Te entrega en segundos:
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un resumen comparativo
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criterios claros
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referencias reales
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enlaces a las fuentes originales
Es como tener un analista de investigación trabajando para ti 24/7. Para periodistas, estudiantes, investigadores o cualquier persona que necesite información fiable sin ruido, Perplexity no es una alternativa a Google: es su sustituto natural.
2. Claude 3.5 Sonnet: el escritor que parece humano (demasiado)
Aquí viene el golpe más duro para ChatGPT. Anthropic ha conseguido algo que OpenAI sigue sin clavar del todo: texto con alma.
Claude 3.5 Sonnet no escribe como una IA correcta. Escribe como una persona inteligente, con matices, ironía y comprensión del contexto. Sus textos:
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no suenan robóticos
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no repiten estructuras
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no parecen “copiados de una IA”
Si redactas correos importantes, artículos largos, ensayos, guiones o textos donde el tono importa, Claude juega en otra liga. Entiende dobles sentidos, mantiene coherencia narrativa y adapta el registro como si realmente “supiera” para quién escribe.
Para escribir, hoy por hoy, Claude es más humano que ChatGPT. Y eso da un poco de miedo.
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3. Ideogram: un diseñador gráfico en tu bolsillo
La tercera sorpresa viene del terreno visual. Ideogram ha solucionado uno de los grandes fracasos históricos de las IAs de imagen: el texto dentro de imágenes.
Mientras otras herramientas siguen deformando letras y palabras, Ideogram crea:
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logos legibles
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carteles perfectos
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diseños para camisetas
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portadas con tipografías limpias
Y lo hace sin prompts complejos ni comandos raros. Escribes lo que quieres y listo. Para branding rápido, ideas visuales, mockups o redes sociales, ahorra horas de trabajo.
No sustituye a un diseñador senior, pero para el 80 % de los casos cotidianos, es brutalmente eficaz. En este vídeo puedes ver cómo crear logos con Inteligencia Artificial y Ideogram
El mundo de la IA ya no gira alrededor de OpenAI
La conclusión es clara: la IA ya no es un monopolio conceptual. ChatGPT sigue siendo una gran herramienta generalista, pero ya no es la mejor en todo. Y eso es sano.
Mientras esperamos GPT-5, la realidad es que hoy:
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Perplexity investiga mejor
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Claude escribe mejor
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Ideogram diseña mejor
OpenAI abrió la puerta, pero otros han aprendido a correr dentro de la casa.
Y si no miras más allá de ChatGPT, te estás perdiendo lo mejor que está pasando ahora mismo en la IA.












