La misión es poner fin a nuestra dieta tradicional en nombre de la Agenda 2030: de hecho, la mayor fábrica de haría de insectos está en Salamanca
Mientras los españoles disfrutamos de nuestra rica dieta mediterránea, basada en carne, pescado y productos de nuestra ganadería y agricultura tradicional, las élites de Bruselas y la ONU avanzan sin freno en su plan para cambiarlo todo. Bajo el pretexto de la «ecosostenibilidad» y la Agenda 2030, se multiplican las granjas de insectos en nuestro país, con el objetivo claro de sustituir nuestros hábitos alimentarios por gusanos, grillos y larvas.
El motivo es claro: reducir el consumo de carne, supuestamente culpable del «cambio climático», y forzar una alimentación «sostenible» que nadie ha pedido.
España se posiciona como líder europeo en esta industria impuesta. En Salamanca, la empresa Tebrio construye la que será la mayor fábrica de insectos del mundo, con 90.000 metros cuadrados dedicados a criar el tenebrio molitor (gusano de la harina).
Toneladas de proteínas de insectos
Esta planta, comienza a operar en fases, producirá más de 100.000 toneladas anuales de proteínas de insectos, destinadas inicialmente a piensos animales, pero con la puerta abierta al consumo humano.
La Unión Europea ya ha aprobado cuatro especies de insectos para nuestra mesa: gusano de la harina, langosta migratoria, grillo doméstico y larvas de escarabajo. Y en supermercados españoles ya se venden productos con harina de grillo, importados o procesados.
Todo esto encaja perfectamente en la Agenda 2030 de la ONU, que promueve los insectos como «alimento sostenible» para combatir el hambre y las emisiones.
Menos carne roja y más bichos
La FAO lo lleva años impulsando: menos carne roja, más bichos. Y es que los globalistas de Davos y Bruselas estigmatizan nuestra ganadería, acusándola de contaminante, mientras subvencionan estas macrogranjas.
Partidos como VOX (y solo VOX) han denunciado esta imposición ideológica, defendiendo la dieta mediterránea y alertando de riesgos sanitarios: alergias, contaminantes y una microbiota desconocida en estos «nuevos alimentos».
Los españoles rechazamos esta agenda que atenta contra nuestras tradiciones y nuestra soberanía alimentaria. Y la pregunta: ¿Vamos a permitir que nos quiten el chuletón por un plato de gusanos?
Por otro lado, aunque la granja de Tebrio en Salamanca es la más publicitada y será la mayor del mundo (con primera fase operativa), hay varias empresas e instalaciones ya en marcha dedicadas al cultivo de insectos como gusanos de la harina, grillos o mosca soldado negra, principalmente para piensos animales, fertilizantes y, en algunos casos, con potencial para consumo humano.
Aquí las principales localizaciones conocidas y operativas:
Galinsect: Galicia (concretamente en la provincia de Pontevedra o alrededores). Fundada en 2019, es una de las pioneras en cría de tenebrio molitor. Ya produce a escala industrial para proteínas alternativas.
Protiberia: Castilla-La Mancha (zona central, posiblemente cerca de Toledo o Albacete). Fundada en 2022, especializada en tenebrio molitor usando subproductos como sustrato de champiñón. Ya operativa y premiada en bioeconomía.
Insect-EAT: Ubicación exacta no siempre especificada, pero en España (posiblemente Comunidad Valenciana o zona centro). Primera bio-refinería del país con tenebrio molitor y Hermetia illucens (mosca soldado negra), produciendo para alimentación animal, humana y plantas.
Además, en Teruel (Aragón), hay proyectos como Just Bugs SL en Cuevas de Almudén (aunque más antiguo, planeado para gusano de la harina).
También empresas como Proteinsecta, Bucgle o Insectius, con instalaciones en diversas regiones (muchas en franquicia o pequeñas granjas).
Estas granjas están impulsadas por la normativa UE que aprueba insectos como fuente proteica «sostenible». La mayoría se centra en piensos para animales, pero con la Agenda 2030 y el Pacto Verde, se abre la puerta a más usos, especialmente para consumo humano.












