Italia era la única de las principales economías del G7 que se comprometía con el plan chino.
El periódico Corriere della Sera informó de que ninguna de las partes ha publicado un comunicado oficial, a petición de la parte china. Una fuente gubernamental italiana confirmó a la agencia de prensa francesa AFP que Roma se había retirado.
La Primer Ministro, Giorgia Meloni, se opone desde hace tiempo a la participación de Italia en una iniciativa considerada por muchos como un intento de Pekín de comprar influencia política, y cuyos beneficios para Roma eran limitados. De hecho, en septiembre ya dijo que si abandonaba el proyecto, «no comprometería las relaciones con China».
La decisión de Italia en 2019 de unirse al ambicioso plan chino de comercio internacional e inversión en infraestructuras había consternado a sus aliados occidentales, ya que era la única de las principales economías del G7 que se comprometía con el plan chino.
Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, declaró: «China se opone firmemente a cualquier intento de desprestigiar o socavar la cooperación en la construcción de la Franja y la Ruta, y se opone a crear divisiones y enfrentamientos campales».








