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Cayucos, pateras, falcons y okupas… frente a Lamborguinis y hoteles cinco estrellas

El presidente Pedro Sánchez aboga por los coches eléctricos, el transporte público y la regularización de 500.000 inmigrantes ilegales

Al presidente Pedro Sánchez no le gusta que haya ciudadanos en España que vivan en el lujo, especialmente en Madrid. Él es más de pateras y cayucos, de okupaciones indefinidas; más de inmigración ilegal masiva (regularizable) que de turismo internacional que llene hoteles cinco estrellas. Sus palabras demuestran una especie de odio visceral a los ricos. De hecho, quiere elevar la fiscalidad “a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas”.

Lo ha demostrado en su última y criticada comparecencia cuando ha hecho mención a esa gente que va por las calles en su coche Lamborguini y que, por lo visto, paga pocos impuestos o al menos no tributa lo suficiente, según sus gustos socialcomunistas.

Pedro Sánchez, que se mueve en Puma y Falcon de forma habitual (trasportes del Estado cuyo tránsito tiene un coste elevado y una elevada también contaminación ambiental que contradice la Agenda 2030, la Constitución del globalismo que tanto defiende el presidente), quiere que los españoles nos movamos más en coches eléctricos, en autobuses públicos, en el metro, en los cercanías (a pesar de su deficiente funcionamiento y gestión).

Al socialcomunismo no le gustan las rebajas impositivas

A él no le gusta la gente ‘rica’, ni que tampoco haya rebajas impositivas (cuando la clase media española es la que tiene la mayor presión fiscal de la Unión Europea) a la gente en general.

Cuando habló de los coches de alta gama, en realidad el presidente socialista quería referirse, dicen las malas lenguas, al Maserati, el coche de la pareja de la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Este modelo se trata de una berlina de casi cinco metros de longitud que, en su versión híbrida, cuenta con la etiqueta Eco de la DGT y su precio parte de los 82.700 euros.

O quizás quiso hablar del Lamborghini, una marca asociada con el gran lujo. El modelo de acceso a su gama, el denominado ‘Huracán’, parte de los 216.000 euros. El ‘Urus’, el más popular de los tres coches con el emblema del toro, es un SUV que ronda los 300.000 euros.

Y en lo alto de su gama se encuentra el hiperdeportivo ‘Revuelto’ presentado en 2023, que entrega 1.015 caballos de potencia con un sistema híbrido, que le dota de la etiqueta Eco de la DGT. Su precio empieza en los 500.000 euros.

Falcon y Puma

Pedro Sánchez seguirá moviéndose en Falcon y el Puma, pero claro, con el dinero que sale de los impuestos de los españoles de clase media. Pero no quiere que la gente con alto poder adquisitivo se mueva por nuestras carreteras en coches de alta gama.

Pero es que la realidad, en España son pocos los que se mueven en Lamborghini. En lo que va de año, los datos de matriculaciones de la Dirección General de Tráfico arrojan que en España se han vendido 34 Lamborghinis (4 ‘Revueltos’, 13 ‘Huracanes’ y 17 ‘Urus’).

Por cierto, cada uno de estos coches paga un 21% de IVA y un 14,75% de impuestos de matriculación; así, cada ‘Urus’ que se vendió ingresó 107.250 euros al erario; cada ‘Huracán’, 77.220 euros; y cada ‘Revuelto’, 178.750 euros.

3,5 millones de euros en impuestos por Lamborguinis

En total, los 34 Lamborghinis vendidos en lo que va de 2024 han ingresado más de 3,5 millones de euros a las arcas. Pero esos fondos parece que no son del agrado presidencial.

Otras marcas de alto lujo cuyos coches se han matriculado este año en España son Ferrari: se han vendido 59 unidades y su modelo más vendido fue el 296 GTS, que supera fácilmente el precio de un ‘Urus’. Bentley registró 40 unidades. Rolls-Royce, 2.

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