La Asociación de Tropa y Marinería ha denunciado la precaria situación en la que trabajan para ayudar a los afectados por la gran riada
El despliegue militar en Valencia tras la riada que afectó a varias localidades de Valencia hace casi tres meses, continúa pero de forma precaria y siempre generando múltiples dudas ante la presunta ineficacia del Ministerio de Defensa.
Y a todo ello se suma la denuncia de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME). Confirman que militares asignados a la operación están durmiendo en tiendas de campaña y literas de lona en la Base Jaime I de Bétera, lo que dificulta su descanso tras jornadas de trabajo de hasta 12 horas diarias.
La ATME exige soluciones inmediatas, como la instalación de módulos de alojamiento, para garantizar un entorno más digno y protegido para los efectivos que, pese a las adversidades, siguen desempeñando un papel crucial en la recuperación de las zonas afectadas.
Los militares tienen como misión el rescate, limpieza y reconstrucción de infraestructuras, que sigue siendo esencial para los miles de vecinos de Valencia afectados.
Sin embargo, las condiciones en las que descansan han suscitado críticas. Según la ATME: Los efectivos duermen en tiendas de campaña y literas de lona, expuestos al frío y la humedad. El entorno no ofrece la comodidad necesaria para recuperarse físicamente después de jornadas laborales extenuantes. No existe una fecha de finalización para la operación, lo que podría prolongar esta situación indefinidamente.
Instalación de contendores de alojamiento
La Asociación de Tropa y Marinería Española ha solicitado la instalación de contenedores de alojamiento, similares a los utilizados en otras bases militares como el Campo de Maniobras de San Gregorio en Zaragoza. Estos módulos ofrecería: Mayor comodidad: Espacios cerrados y protegidos contra las inclemencias del tiempo. Seguridad y privacidad. Adaptabilidad, puesto que son fácilmente instalables y pueden alquilarse si no están disponibles en inventario.
La ATME se ha mostrado “perpleja” ante la negativa de las Fuerzas Armadas a implementar esta solución, considerando que dichos módulos están disponibles o podrían adquirirse de manera temporal.
Gasto en la operación y falta de planificación
El coste de la operación en Valencia asciende a 900.000 euros diarios, según declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Este gasto incluye logística, equipos y personal, pero la ATME cuestiona por qué no se ha priorizado la instalación de módulos habitacionales más adecuados.
La asociación argumenta que mejorar las condiciones de los efectivos no solo garantizaría su bienestar, sino que también incrementaría su rendimiento operativo.
Comparativa con otras operaciones
En situaciones similares, como ejercicios en el Campo de Maniobras de San Gregorio, las Fuerzas Armadas han optado por contenedores habitacionales. Estas estructuras han demostrado ser una solución eficiente y cómoda, especialmente en despliegues prolongados.
La ATME señala que no existe justificación para no replicar esta práctica en Valencia, especialmente dado el carácter indefinido de la operación actual.
Repercusiones en la moral de los efectivos
Las condiciones de vida no solo afectan físicamente a los militares, sino también a su moral y bienestar psicológico. La sensación de abandono puede repercutir en el desempeño de sus tareas y en su motivación para afrontar largas jornadas en situaciones adversas.
En este sentido, la ATME insiste en la necesidad de reconocer el esfuerzo de los efectivos no solo con palabras, sino también con medidas concretas que mejoren su calidad de vida.








