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‘Cheapflación’: la trampa de las marcas para abaratar productos

Esta práctica consiste en sustituir los materiales o ingredientes que conforman el producto por otros de menor coste

Crisis. Inflación. Subida de precios de todo tipo de productos, especialmente en la cesta de la compra. Una condena para las familias españolas y los consumidores. Y la respuesta de las marcas se llama ‘Cheapflación’.

Las compañías han recorrido caminos que conducen a la reducción de sus costes de producción intentado mantener el precio para que sus clientes/consumidores no cambien de marca de galletas, de yogur o de zapatillas. 

¿Qué está pasando? Que muchas empresas que producen ciertas marcas bajan calidad para mantener precio ofreciendo en teoría lo mismo. Algunos expertos hablan de que estas prácticas rozan el fraude o un incremento encubierto del precio: Cheapflación.

«El término Cheapflación surgió a finales del pasado siglo XX para definir una práctica seguida por los fabricantes para sobrevivir a una crisis galopante. Básicamente consiste en sustituir los materiales o ingredientes que conforman el producto por otros de menor coste y, por lo tanto, de inferior calidad», explica Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School, en un artículo publicado en Emprendedores. 

El experto señala actuar así «permite a las marcas que implementan estas prácticas mantenerse en el mercado e incrementar su margen de beneficio». Pero, al final «quienes más pierden con esta mala praxis son los consumidores que, en resumen, reciben un producto peor o en menor cantidad por el mismo precio».

Denuncias de la OCU

La OCU ha detectado y denunciado esta práctica: Cheapflación, por ejemplo en productos fabricados que contenían aceite de girasol y que, ante el incremento de su precio, lo han sustituido por otro más económico, como puede ser el aceite de colza, para abaratar el coste de producción sin alterar el precio, lo que implica una subida de precio encubierta.

Esta problemática también ocurre en artículos de ropa o de electrónica, donde se usan tejidos o componentes más baratos y de inferior calidad.

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