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El reparto de menas: cuando la “solidaridad” se convierte en negocio

Un sistema que promete protección, pero esconde otra realidad

Imagina un sistema que promete proteger a los más vulnerables, pero que en la práctica reparte menores sustraídos de sus familias, con una cultura antagónica a la nuestra para llenarse los bolsillos. Hablamos del reparto de menores extranjeros no acompañados (menas) en España, un asunto que lleva años envuelto en discursos de buena voluntad, pero que esconde una realidad mucho menos altruista.

Los datos no mienten: cifras millonarias en juego

Los datos no mienten: en 2024, el Ministerio del Interior registró más de 15.000 menas bajo tutela autonómica, y mientras las autoridades se golpean el pecho hablando de integración (vienen a brillar), el negocio de su gestión mueve millones. Este es el negocio de la trata de menores.

El mecanismo es tan simple como opaco. Las comunidades autónomas, obligadas a hacerse cargo de estos menores (luego volveremos a esto), reciben fondos del Estado para su manutención. En teoría, cada menor supone unos 80 euros diarios por plaza en centros, según un informe de la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar de 2023. Hagan cuentas: con 15.000 menores, estamos hablando de más de 1.200.000 euros al día, unos 438 millones al año que probablemente sean bastantes más.

¿Dónde acaba realmente el dinero?

La pregunta del millón es dónde acaba el dinero. Una pista: no todo va a los menores.

Corrupción en la gestión de los fondos

En Andalucía, por ejemplo, una investigación de la Consejería de Igualdad destapó en 2022 que varias ONG y empresas privadas vinculadas a la gestión de centros se embolsaban el 40% de los fondos en contratos inflados. El del corazón “asín de ancho” se ha gastado más de 47 millones de los andaluces en la acogida de menas.

Esto no es sorprendente, hicieron lo mismo con las mujeres maltratadas. El Instituto Andaluz de la Mujer sólo destinó el 3% del presupuesto a las víctimas. ¿El 97% restante dónde está?

El fracaso de la integración: datos que preocupan

Mientras el Gobierno presume de políticas migratorias ejemplares en foros internacionales, las cifras cantan otra canción.

Un informe de la Fiscalía General del Estado de 2023 señala que el 60% de los menas tutelados abandona los centros al cumplir 18 años sin formación ni recursos, muchos rumbo a la calle o a redes de explotación. Además, crean un problema de convivencia y están sobrerrepresentados en la comisión de delitos. Brillan mucho, sí.

Las comunidades autónomas y su responsabilidad en la crisis

Volvamos a lo de que las Comunidades Autónomas deben hacerse cargo. Madrid o Cataluña se quejan de la saturación y piden más fondos, pero no explican por qué el dinero no llega donde debe. Además, si vienen a brillar… ¿por qué se quejan? Supuestamente son un ejemplo de integración y tenemos el corazón “asín de ancho”.

Ceuta: adjudicaciones millonarias sin control

En Ceuta, Ciudad Española que los marroquíes no se cansan de reivindicar como propia, la situación es aún peor: en 2021, un contrato de 2,5 millones de euros para la gestión de 200 menores fue adjudicado a una empresa sin experiencia previa en el sector, según publicó el BOE.

Vuelvo a repetir, el negocio de la trata de menores, o no tan menores, porque el 58% de los menas que han llegado a Ibiza son en realidad mayores de edad.

Casos polémicos en la Comunidad de Madrid

Las autoridades se llenan la boca con la palabra «acogida», mientras Ayuso nos dice que son tan españoles como Abascal y nos debemos mestizar, pero el reparto de menas se ha convertido en un chollo para unos pocos y en un abandono para muchos.

De hecho, la Paje del PP no está exenta de polémica, porque aunque copie el discurso de VOX, gobierna como el PSOE. Fue en su comunidad donde se denunció a trabajadoras de un centro por mantener relaciones sexuales con menores. Fue en su comunidad donde se gastaron 18,7 millones en un centro de menas para alojar a tan sólo 96. Hagan las cuentas. Y es en su comunidad donde 3 de cada 4 detenidos menores son menas, de los que vienen a brillar. O a birlar.

Conclusión: un chiringuito financiado con dinero público

Lo dicho, un chiringuito a cargo del contribuyente, que si te parece mal eres racista, que genera inseguridad en nuestros barrios y mientras, los valencianos, abandonados a su suerte. Esto es España, señores.

2 Comments

  1. AlexSainOi1
    Jue 20 marzo 2025 @ 19:53

    Gran artículo!

  2. Alvaro Garcia Gonzalez
    Vie 21 marzo 2025 @ 13:06

    El abuso del uso de dinero publico es la lacra de nuestra sociedad.

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