Varios trabajadores heridos acaban en Urgencias por no pagar a los menas, pero el Gobierno de Melilla les regaló el dinero al día siguiente
Este lunes se ha conocido que tuvo lugar un violento motín de menas de un centro de acogida de Melilla. Treinta ilegales musulmanes agredieron a los trabajadores para exigirles dinero como regalo de final de Ramadán. Algunos heridos necesitaron atención médica de urgencia y tuvo que intervenir la Guardia Civil para detener los disturbios.
Según relatan los sindicatos, ya se les había regalado ropa a los menas por la festividad de su religión, pero no les pareció suficiente y fue en ese momento cuando exigieron a los trabajadores que les diesen además 10 euros a cada uno. Ante la negativa de los trabajadores, los ilegales extranjeros musulmanes atacaron a varios cuidadores y vigilantes, que resultaron heridos.
Trabajadores secuestrados, heridos y amenazados de muerte
CC.OO. detalla que los menores bloquearon el acceso al centro y lanzaron piedras y objetos contundentes; retuvieron a los trabajadores y los vigilantes tuvieron que evacuar al responsable de Dirección, quien amenazaron de muerte y acudió «a la Guardia Civil a interponer la correspondiente denuncia».
Los sindicatos CSIF y CC.OO. destacaron en sendas notas de prensas la agresividad y violencia con la que reaccionaron los menas ante la negativa a regalarles dinero, alertando además de la gravedad y peligro de este nuevo estallido de violencia en el centro de ilegales.
«Podría haber acabado con una desgracia, como ha ocurrido recientemente en Extremadura con otra de nuestras compañeras», ha asegurado la CSIF, porque muchos de los trabajadores sufrieron agresiones físicas y verbales, amenazas con armas blancas y diversas lesiones.
El Gobierno de Melilla les regaló el dinero a los violentos al día siguiente
CSIF ha lamentado que, a pesar de lo ocurrido, al día siguiente la Consejería de Políticas Sociales y Salud Pública, a cargo de Randa Mohamed El Aoula, decidió entregar a todos los menores del centro el dinero que reclamaron en el motín, en contra del criterio de la dirección, del equipo técnico, del equipo educativo, de los auxiliares educativos y de todo el equipo en general.
El sindicato considera que «se ha sentado un precedente nefasto en el que los menores de peor comportamiento han conseguido un objetivo a base de violencia y agresiones y los trabajadores fueron ninguneados y desprestigiados», al tiempo que sienten desacreditada su labor y se han visto desamparados por la administración.
Según recoge ‘El Debate’, CC.OO. ha denunciado públicamente que este tipo de incidentes «se viene repitiendo con frecuencia creciente» y, pese a ello, el nuevo pliego de gestión del centro recoge una reducción de vigilantes.












