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Vic, rehén de la inmigración descontrolada: Dos marroquíes siembran el caos y amenazan a viandantes a plena luz del día

La tranquilidad de la ciudad de Vic ha vuelto a verse alterada esta mañana tras un nuevo episodio de violencia callejera protagonizado por inmigrantes. Esta vez, dos individuos de origen marroquí han causado destrozos en plena vía pública y han sembrado el miedo entre los vecinos, llegando incluso uno de ellos a realizar un gesto de corte de cuello hacia los transeúntes.

Los hechos han tenido lugar en una zona céntrica y transitada, donde testigos presenciales captaron cómo estos sujetos rompían mobiliario urbano mientras proferían gritos y provocaciones. Uno de ellos, visiblemente alterado, miraba a los ciudadanos y ejecutaba un gesto claramente intimidatorio: llevarse la mano al cuello en señal de degüello, una amenaza directa que ha provocado escenas de pánico y estupor entre los viandantes.

La escena ha quedado registrada en video y ya circula por redes sociales, donde miles de usuarios denuncian la creciente sensación de inseguridad que se vive en muchas localidades catalanas y españolas. Una vez más, la dejadez de las instituciones ante los efectos de una política migratoria irresponsable queda en evidencia.

A pesar de la gravedad de los hechos, hasta el momento no se ha informado de detenciones ni de actuaciones contundentes por parte de las autoridades. El silencio institucional se suma a una larga lista de casos similares que, lejos de ser aislados, forman parte de un patrón preocupante: el aumento de actos violentos protagonizados por inmigrantes ilegales o recién llegados, muchos de los cuales no muestran ninguna intención de integrarse en la sociedad que los acoge.

Vecinos, comerciantes y ciudadanos hartos de esta situación exigen respuestas. «No se puede vivir con miedo en tu propia ciudad», declara una vecina que presenció los hechos. «Esto ya no es convivencia, esto es sumisión ante la barbarie».

Este episodio en Vic es solo uno más dentro del contexto más amplio de inseguridad, pérdida de autoridad y multiculturalismo fallido. Mientras los políticos siguen mirando hacia otro lado, los ciudadanos sufren las consecuencias de decisiones que priorizan el buenismo ideológico por encima del bienestar de la población.

Desde sectores críticos con las políticas actuales de inmigración y seguridad, se insiste en la necesidad urgente de recuperar el control de las calles, reforzar la autoridad de las fuerzas del orden, endurecer las penas por actos violentos y poner fin a la entrada masiva e incontrolada de individuos sin arraigo ni respeto por nuestras normas y valores.

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