“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”. Esta simple frase, escrita por Augusto Monterroso y considerada como uno de los microrrelatos más famosos del mundo, condensa en muy poco espacio la existencia de dos dimensiones que confluyen gracias a la barrera telúrica de los sueños. Alguien sueña con un dinosaurio y, al despertar, comprende que el dinosaurio se ha hecho realidad gracias a la magia inexplicable de los sueños… ¿o acaso seguía soñando? ¿Era un sueño dentro del sueño?
Sea lo que sea, la frasecita da pie a mucho debate metaliterario y a mucha imaginación rocambolesca. Y lo mismo está pasando con el parador de Teruel, Ábalos, Pilar y la madre que parió a Panete. ¿Era todo un sueño? De momento creíamos saber que algo había pasado en Teruel, pero ahora resulta que Ábalos se va a querellar con todo quisque porque asegura que allí no pasó lo que se dice. Y a lo mejor hay que creerle, porque ya hay por ahí informaciones que aseguran que lo dicen que pasó en Teruel, en realidad pasó en otro sitio.
En el microrrelato de Monterroso
Por confuso que sea, al menos sabemos que se estaba soñando con un dinosaurio, pero con estos adláteres del socialismo más rancio uno ya no sabe ni siquiera donde tiene su mano derecha. Cuando creías que les habías pillado el tranquillo, te salen con una verónica que nos torea mucho más los cuernos.
Para colmo ahora sale la Pili a decirnos que todo lo que está recogiendo en redes es producto de una siembra machista, y que lo hacen simplemente porque ella es una mujer. No sé qué pensarán ustedes, pero a mí me da en la nariz que todo esto, como decía Anthony Blake, es producto de su imaginación, no le den más vueltas.
Y mientras todo esto nos sorprende como “información relevante”, por detrás se va fraguando un totalitarismo sanchista aún más grande…, si cabe.
¿O todo esto no es más que un sueño?
¡Ya nos gustaría!
