La Fiscalía de Málaga ha solicitado una condena ejemplar de doce años de prisión para una pareja, padres de dos niñas, por delitos de malos tratos habituales, lesiones graves y lesiones leves, con el agravante de parentesco. Además, el Ministerio Público reclama que se les retire la patria potestad durante diez años y se les prohíba portar armas durante cinco.
Un caso de extrema gravedad en el entorno familiar
Los hechos se remontan a finales de octubre de 2022, cuando la hija menor, con apenas 47 días de vida, fue ingresada en el Hospital Materno Infantil de Málaga con quemaduras graves que afectaban al 42% de su cuerpo. La madre alegó que la niña se había escaldado en un baño accidental. Sin embargo, los informes médicos desmintieron esa versión, apuntando a un maltrato deliberado mediante baños a temperaturas extremas, que solo pueden provocar esas heridas tras una exposición prolongada a aguas de entre 45 y 55 grados.
Los médicos observaron lesiones incompatibles con un accidente doméstico: marcas de inmersión definidas, sin salpicaduras, afectando a genitales, glúteos y piernas, además de mordeduras, hematomas, y heridas en cuello, pecho, rodillas y orejas. Todo ello apuntaba a un patrón de abuso continuado.
La hermana mayor, también víctima de malos tratos
Días después, el 8 de noviembre, la hermana mayor, de apenas dos años, ingresó en el Hospital de la Axarquía (Málaga) con quemaduras compatibles con cigarrillos. El hallazgo reforzó la tesis de los investigadores: las niñas vivían un infierno dentro de su propio hogar, a manos de unos padres jóvenes, de 24 y 27 años, uno de ellos con antecedentes penales.
Tras los hechos, se ordenó el acogimiento familiar inmediato de las menores y se inició una investigación exhaustiva. Según el Ministerio Fiscal, la hija mayor llegó a su nueva familia con miedo constante, conductas de defensa física ante estímulos cotidianos y pesadillas frecuentes. En sus escasas palabras infantiles, repetía con insistencia: “bebé se quema, bebé pupa”.
Secuelas físicas y neurológicas irreversibles
El diagnóstico médico es devastador. La bebé menor sufrió síndrome del bebé zarandeado, lesiones internas por golpes violentos, fractura de tibia, desnutrición severa, y retraso en el desarrollo neurológico y motor. Las secuelas permanentes abarcan desde problemas de movilidad hasta dificultades cognitivas y emocionales irreversibles, fruto del daño cerebral ocasionado en sus primeros días de vida. Su pierna izquierda apenas responde al tratamiento y su desarrollo futuro estará gravemente comprometido.
A pesar de las intervenciones quirúrgicas, los tratamientos de rehabilitación y el seguimiento especializado, el estado de salud de la menor sigue siendo grave. Sus cicatrices no son sólo visibles: son un reflejo del daño psicológico y físico sufrido en sus primeras semanas de vida.
Una respuesta judicial contundente
El juicio, que ha comenzado en la Ciudad de la Justicia de Málaga, cuenta con el testimonio de cinco agentes de la Policía Nacional, informes médicos forenses, psicólogos y miembros de la familia de acogida. El Fiscal solicita tres años de cárcel por malos tratos habituales, nueve por lesiones graves y una multa económica por lesiones leves. También propone una indemnización inmediata de 600 euros para la hija mayor, con una compensación adicional que se determinará cuando se evalúen completamente las secuelas físicas y psicológicas de ambas menores.
La acusación incluye además un agravante ético y moral ineludible: el haber atentado contra la vida y la dignidad de dos seres indefensos, sus propias hijas, a quienes debían protección. Una conducta que, de probarse, no solo exige la máxima condena legal, sino una condena social inequívoca.








