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España: el país de los subsidios para 7 millones de personas

El Gobierno incluye ayudas de más de 1.150 euros mensuales, según denuncia un informe publicado por Fundación Civismo

“Dame una ayudita, por favor”, “una monedita”. “Sí, sin problemas”… Eso parece nuestros Estado. España es el país de los subsidios, vamos de récord gracias al Gobierno Socialcomunista de Pedro Sánchez. Siete millones de personas reciben subsidios, con un coste de 28.500 millones, como señala Libre Mercado.

Y es que, según este medio, “España ha construido un entorno en el que, para muchos ciudadanos, es más lucrativo no trabajar que incorporarse al mercado laboral”.

Así lo denuncia un informe publicado este martes por la Fundación Civismo, titulado «Incentivos existentes en España para no trabajar«.

El documento alerta del “efecto perverso” de un sistema de ayudas mal diseñado, que termina consolidando la inactividad laboral o promoviendo el empleo en negro. El país de los subsidios.

Mejor cobrar ayudas que trabajar

La investigación pone cifras al problema: hay casos en los que las prestaciones por desempleo superan los 1.150 euros mensuales, una cantidad similar o incluso superior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Esto reduce de forma evidente el atractivo de aceptar trabajos legales con sueldos bajos. Si a esto se le suman los costes asociados a la ejecución de un empleo, en términos de transporte, conciliación o formación, “vemos que la ecuación se inclina en favor de seguir cobrando ayudas”, apunta Libre Mercado.

Subsidios que prolongan el desempleo

El informe lanza una advertencia clara: los subsidios no pueden convertirse en una trampa que prolongue el desempleo. En lugar de incentivar la búsqueda de empleo, Fundación Civismo encuentra que muchas ayudas acaban consolidando la dependencia del Estado, sobre todo cuando se combinan con ingresos no declarados procedentes de la economía sumergida, que sigue representando el 15,8% del PIB nacional.

Mercado dual

La investigación denuncia además un problema estructural, puesto que pone de manifiesto que los incentivos actuales no están alineados con la reintegración laboral. El resultado es un mercado dual en el que muchos optan por combinar ayudas públicas con ingresos en B. “Esta situación no solo penaliza al contribuyente, sino que debilita la base fiscal y mina la sostenibilidad del sistema”.

Por ello, Fundación Civismo reclama condicionar las ayudas, los subsidios, pero escalonarlas según los ingresos laborales. También reforzar los programas de formación, de modo que la protección social no actúe como freno a la actividad económica, sino como trampolín hacia un empleo digno y formal.

Ayudas de todo tipo

La publicación documenta un sinfín de ayudas y subsidios que obedecen a distintas circunstancias: subsidio por cotizaciones insuficientes, por agotamiento de otras ayudas, para emigrantes retornados, para liberados de prisión, para mayores de 52 años…

A esto se suman la renta activa de inserción, el subsidio extraordinario por desempleo o el ingreso mínimo vital, que puede llegar a suponer hasta 1.449 euros mensuales.

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