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Antonio, el subinspector fallecido en Málaga: un héroe de vocación, padre de dos hijos y víctima de la delincuencia desatada

El nombre de Antonio ya forma parte de esa lista que nunca debería existir: la de los servidores públicos que mueren cumpliendo con su deber o como consecuencia directa del crimen descontrolado. Tenía 48 años, era subinspector del Cuerpo Nacional de Policía, natural de Benarrabá (Málaga), y ha perdido la vida esta madrugada al colisionar con el coche en el que huían a toda velocidad tres delincuentes que acababan de asaltar una farmacia.

El agente regresaba a su domicilio en Benalmádena tras concluir su jornada laboral en una unidad nocturna de prevención de delitos patrimoniales. Lo hacía conduciendo el vehículo de su mujer, un Volvo todoterreno, cuando se topó de frente con los ladrones que, en dirección contraria por la A-7, huían de la policía tras el violento robo.

El impacto fue mortal. Antonio murió en el acto, al igual que los tres ocupantes del vehículo fugado. Pero lo que queda no es solo la tragedia, sino el vacío irreparable de una familia rota: deja viuda y dos hijos menores de 14 y 17 años, según informa El DiarioSur.

Un ejemplo de vocación, entrega y compromiso con la ley

Hijo también de policía, Antonio vivió desde niño los valores del deber, la disciplina y el servicio al ciudadano. A lo largo de su trayectoria en la Policía Nacional, estuvo destinado en el grupo de Robos, en dependencias del Distrito Oeste, y en una Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC). Su experiencia y “olfato policial” lo convirtieron en un referente para sus compañeros.

Había sido condecorado en tres ocasiones: dos veces con la Cruz al Mérito Policial y una condecoración de la Guardia Civil. En Málaga se le recordará como un profesional incansable, comprometido y humano.

Esta es la realidad que algunos prefieren ignorar mientras se cuestiona a quienes nos protegen y se relativiza la reincidencia delictiva. Hoy ha muerto un hombre bueno. Un policía de verdad. Una víctima más de una criminalidad que ya no respeta ni la ley ni la vida.

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