Transfirió sus derechos de imagen a empresas ubicadas en las Islas Vírgenes Británicas en su primera etapa en el Real Madrid
La Audiencia Provincial de Madrid condenó al exentrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, a un año de cárcel por un delito de fraude fiscal correspondiente al IRPF de 2014, año en que el equipo merengue ganó la décima Champions League frente al Atlético de Madrid.
El tribunal lo exoneró del mismo delito vinculado al ejercicio de 2015. Aunque ya saldó su deuda con la Agencia Tributaria, la sentencia también le obliga a abonar una multa por el mismo importe defraudado: 386.361,93 euros.
El fiscal del caso, el mismo que actúa en el ‘caso Begoña‘, solicitó sin éxito una condena total de cuatro años y nueve meses de prisión. Dado que la pena impuesta no supera los dos años, el actual seleccionador de Brasil no tendría que ingresar en prisión si la sentencia llegara a ser definitiva (cabe recurso de casación ante el Supremo).
Transfirió sus derechos de imagen a empresas ubicadas en las Islas Vírgenes Británicas
El tribunal estimó acreditado que Ancelotti empleó un mecanismo habitual en otros casos similares de futbolistas investigados: transfirió sus derechos de imagen a empresas ubicadas en el extranjero, concretamente en las Islas Vírgenes Británicas.
Según recoge El Mundo estas entidades no contaban con empleados, no desarrollaron ninguna actividad efectiva y nunca tributaron por los derechos de imagen. El técnico tampoco incluyó en su declaración de 2014 ingresos por este concepto, y de hecho solicitó y recibió de Hacienda una devolución cercana a los 40.000 euros.
Durante su comparecencia como investigado, Ancelotti afirmó que únicamente siguió las recomendaciones del Real Madrid sobre cómo gestionar sus derechos de imagen y negó conocer las sociedades utilizadas.
Sin embargo, el tribunal rechazó esta versión, ya que él mismo firmó la cesión de derechos a dichas empresas y porque su esposa aseguró que sí tenía conocimiento de ellas.
Respecto a la acusación por el ejercicio de 2015, el tribunal concluyó que no se acreditó que Ancelotti fuera residente fiscal en España ese año, debido a sus múltiples viajes y al hecho de que se mudó a Londres tras concluir su primera etapa de entrenador en Madrid.








