Cristina Herrero recuerda que “las opiniones son voluntarias y no se nos puede imponer una ley” tras el último choque sobre las pensiones
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha ido directamente al choque con todos los ministerios por lo que considera que es una “intromisión” del Gobierno del Sanchismo en sus trabajos de evaluación económica, no siempre conformes a la posición del Ejecutivo.
La presidenta del organismo, Cristina Herrero, ha anunciado que han planteado una consulta a la Abogacía del Estado ante lo que consideran que es “la proliferación de normas” que distorsionan sus trabajos de análisis y evaluación de las políticas públicas del propio Gobierno.
Es un hecho muy grave el que la Airef tenga que recurrir a la Abogacía del Estado en defensa de su independencia, valor en el que precisamente fundamenta su existencia. El Sanchismo lo quiere todo; imponer a costa de lo que sea su visión de la realidad en todos los foros posibles, cueste lo que cueste.
El movimiento de la Airef llega apenas un mes después de que el Ministerio de Seguridad Social obligase a la agencia fiscalizadora de las políticas públicas a elaborar un nuevo informe sobre la sostenibilidad de las pensiones.
Lo hizo, además, con un real decreto, sin rango de ley, para evitar el aval del Congreso. Se trata de un análisis inesperado porque la ley no preveía esta novedad en los trabajos que la Autoridad Fiscal tiene programados.
De hecho, en marzo publicó el primer examen de las pensiones, como le obligaba la última reforma del exministro José Luis Escrivá, donde ya anticipó que esa viabilidad estaba en duda a largo plazo.
Los informes de Airef son los que dice la ley
La Airef, hasta ahora, es una de las pocas instituciones en las que el Ejecutivo no cuenta con un poder de intervención real. Su presidenta cumple el plazo del mandato en el primer trimestre del próximo año cuando tenga que abandonar la plaza y ser sustituida por un candidato que tiene que contar con el aval del Congreso.
El auxilio de la Abogacía del Estado versa sobre los límites de la legislación y para que los letrados le aclaren si las normas que va aprobando cada uno de los departamentos ministeriales se extralimitan en sus funciones. “Las opiniones son voluntarias y no nos lo puede imponer una ley”, ha recordado Herrero en una comparecencia ante los medios. “Los informes que tiene que hacer la Airef son los que dice la ley. Ni más ni menos”.
Elma Saiz y las pensiones
El caso de la reforma de las pensiones es el más problemático con el que se ha encontrado la Airef en los últimos meses en un choque que ha ido cada vez a más con el departamento que dirige la ministra Elma Saiz.
Primero porque, en febrero, y a falta de un mes escaso para conocer el examen, el Gobierno le señalaba cuáles son los criterios que rigen los cálculos que debía hacer ese organismo incluyendo una partida clave para sostener el sistema: las transferencias millonarias que el Estado hace a la Seguridad Social periódicamente para mantener la viabilidad.
Con esta aclaración económica, las cuentas pueden cuadrar mejor y, sobre todo, se evita tener que acometer algún recorte. La de las transferencias estatales es una de las aclaraciones que el ministerio dirigido por Elma Saiz ha incluido en el reglamento que fija las reglas por las que la Airef debe evaluar el sistema. Porque si las cuentas no salen, el informe deberá indicar si hacen falta más ingresos, o menos gastos.
Sostenibilidad del sistema
Ante esta restricción, la Airef aprovechó la publicación de su análisis anual sobre el gasto público, junto al examen de las pensiones de finales de marzo, para incluir recomendaciones sobre las medidas a tomar con las que asegurar la sostenibilidad del sistema.
Como apunta el editorial de ABC, “no tolera el Ejecutivo que un ente público le lleve la contraria, más aún en una cuestión tan capital como la económica, sobre la que construye el relato de una bonanza que representa su mayor reclamo electoral. Que España va como un cohete es una verdad oficial que la Airef ha tenido el coraje, y el deber, de negar”.








