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VOX abandona el acto institucional del Ayuntamiento de Barcelona tras la condecoración a Ada Colau con la Medalla de Oro de la Ciudad

Un acto institucional marcado por la polémica

El acto oficial de entrega de las Medallas de Oro de la Ciudad de Barcelona, celebrado hoy en el Saló de Cent del Ayuntamiento, ha quedado marcado por la protesta formal del grupo municipal de VOX. Los concejales de esta formación política abandonaron la ceremonia en el momento en que se anunció la entrega de dicha distinción a la exalcaldesa Ada Colau, en un gesto que el portavoz del grupo, Gonzalo de Oro, calificó como una “necesaria muestra de rechazo institucional”.

“Colau no merece una medalla, sino una reprobación pública”, afirmó De Oro en declaraciones tras abandonar el acto. “Esta condecoración es una burla a los barceloneses, que hoy siguen sufriendo las consecuencias de sus dos mandatos y de su nefasta gestión. Y todo con la complicidad del alcalde Collboni”.

Una condecoración que reabre viejas heridas

La concesión de la Medalla de Oro a Ada Colau ha generado controversia incluso antes de celebrarse el acto. Mientras sectores del consistorio la defienden como un reconocimiento a la trayectoria política de la exalcaldesa, desde VOX y otras voces críticas se considera un intento de reescribir con honores un periodo de gobierno marcado, a su juicio, por el deterioro de los principales indicadores sociales, económicos y de convivencia en la ciudad.

El grupo municipal de VOX sostiene que el legado de Colau ha sido “profundamente perjudicial” para Barcelona, y que esta condecoración “no hace justicia a los miles de ciudadanos que padecieron los efectos de una política municipal orientada al sectarismo ideológico, la confrontación social y el desprecio a la iniciativa privada y la seguridad pública”.

Las críticas al legado de gobierno de Ada Colau

Durante sus dos mandatos (2015–2023), Ada Colau fue objeto de duras críticas por parte de múltiples sectores económicos, sociales y políticos. Entre los puntos más cuestionados de su gestión, VOX destaca:

  • La gestión del fenómeno de la okupación, que convirtió a Barcelona en una de las ciudades europeas con mayor conflictividad en materia de vivienda y propiedad privada.
  • La caída de la seguridad ciudadana, con aumentos sostenidos en los índices de criminalidad, hurtos, robos y violencia urbana.
  • El deterioro de la imagen internacional de la ciudad, que habría repercutido negativamente en sectores estratégicos como el turismo, la inversión extranjera y la actividad empresarial.
  • La conflictividad con sectores del comercio y el urbanismo, a raíz de proyectos considerados ideologizados, como la pacificación de zonas clave sin consenso previo ni estudios de impacto.

VOX acusa a Colau de haber impuesto una visión política excluyente y de haber utilizado el gobierno municipal como plataforma de activismo más que como instrumento de gestión.

Collboni y la institucionalización de un legado divisivo

Más allá de la figura de Colau, el foco de las críticas también ha alcanzado al actual alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), a quien VOX acusa de actuar como “cómplice político” de una decisión que consideran profundamente divisiva.

“Lo que hoy hemos presenciado no es un acto de unidad ni de reconocimiento institucional, sino una operación de blanqueamiento político”, expresó De Oro. “Premiar a Ada Colau es legitimar un modelo de ciudad que fracasó, y hacerlo desde el Ayuntamiento es una agresión simbólica a quienes durante años vieron cómo se degradaban sus barrios, sus negocios y su calidad de vida”.

El gesto de protesta: un posicionamiento político

El abandono del acto por parte de los concejales de VOX no fue improvisado. Desde el grupo municipal se había advertido en los días previos de su oposición frontal a esta condecoración. La retirada de sus representantes del Salón de Cent durante el desarrollo del acto no fue acompañada de gritos ni manifestaciones visibles, pero sí de una contundente declaración posterior en la que denunciaron el uso del Ayuntamiento como “instrumento de propaganda ideológica”.

Este gesto representa una toma de posición política en un momento de creciente polarización institucional en la ciudad. VOX ha insistido en que, de alcanzar mayores cuotas de responsabilidad en el futuro, promoverá una revisión de este tipo de reconocimientos.

¿Reescritura o reinterpretación histórica?

La condecoración a Ada Colau, y la respuesta de VOX, reabren un debate profundo en torno a la memoria institucional y el papel de los reconocimientos oficiales. ¿Debe una Medalla de Oro premiar una trayectoria institucional pese a sus controversias? ¿O debe responder también a una evaluación objetiva de los resultados de gestión y el impacto en la vida de los ciudadanos?

En este contexto, la salida de VOX no puede leerse simplemente como un gesto de protesta partidista, sino como una advertencia sobre el uso político de las instituciones y el riesgo de que los reconocimientos públicos se conviertan en mecanismos de legitimación ideológica.

La Barcelona de alguien que no sabe mandar

El abandono del acto de entrega de medallas por parte del grupo municipal de VOX ha dejado al descubierto la fractura política que aún atraviesa el Ayuntamiento de Barcelona. Mientras una parte de la corporación defiende el legado de Ada Colau como transformador y necesario, otros, como VOX, lo consideran una etapa fallida que no debe ser condecorada sino analizada con espíritu crítico.

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