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Horror en Canarias: prisión permanente por torturar y matar a un discapacitado para robarle la pensión

El crimen más atroz en Las Palmas: una semana de tortura para robarle su única pensión

La justicia ha dictado una de las penas más duras posibles: prisión permanente revisable para un hombre que, junto a su pareja, secuestró, torturó y mató a golpes a una persona con discapacidad en Las Palmas de Gran Canaria. Todo por arrebatarle la escasa pensión que recibía cada mes.

Los hechos, que ocurrieron en septiembre de 2021, han conmocionado a la sociedad canaria y a todo el país. La víctima, un hombre con discapacidad psíquica, fue retenido durante una semana, atado de pies y manos, en una habitación de la vivienda del agresor. Las condiciones eran inhumanas. Los gritos de auxilio eran constantes.

“Ayúdame, dile que no me pegue”, suplicaba la víctima, según relató una de las acusadas.

Una agresión brutal, premeditada y sin escapatoria

La Sala de lo Penal ha confirmado que hubo alevosía: la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defensa. Estaba inmovilizado, desnutrido, psicológicamente anulado. Fue golpeado de forma repentina y brutal, como confesó la coacusada.

No solo lo mataron, también lo dejaron morir: el tribunal confirma que nadie llamó a emergencias hasta más de 24 horas después de la agresión mortal. Para entonces, ya era demasiado tarde.

Reparto de roles, silencio y omisión

Aunque el autor material del crimen ha recibido la pena más alta —la primera prisión permanente revisable aplicada en Las Palmas a una víctima con discapacidad—, su pareja también ha sido condenada a 20 años de prisión. El tribunal considera que ambos actuaron de forma conjunta y organizada: uno ejecutaba, la otra callaba.

Ella, además, estuvo presente durante la agresión, según reveló la geolocalización de su teléfono. Pese a ello, no hizo nada por evitar el crimen. Ni siquiera tras los gritos ni durante la larga agonía que vivió la víctima.

¿Qué dice la justicia?

La sentencia rechaza todos los recursos interpuestos por la defensa. Considera probada no solo la autoría del asesinato, sino también la condición de especial vulnerabilidad de la víctima. El hombre, completamente dependiente, fue asesinado por quienes solo querían su dinero.

La Sala también descarta cualquier atenuante, como el arrepentimiento o la colaboración. “Su relato fue una estrategia para exculparse”, concluye la sentencia.

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Un crimen que no puede olvidarse

Este caso marca un antes y un después en la jurisprudencia canaria. No solo por la gravedad de los hechos, sino por la forma en que se cometieron: con sadismo, codicia y total indiferencia por la vida humana.

Este tipo de delitos reabren el debate sobre la protección legal de personas con discapacidad y la necesidad de reforzar los sistemas de vigilancia y asistencia social.

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