Burkina Faso ha sido el país más golpeado por la violencia yihadista, con más de 1.500 muertos en el último año
La expansión del yihadismo en la región del Sahel parece imparable. Como nota que aportamos en LA BANDERA, el Sahel limita al norte con el desierto del Sáhara y al sur con la sabana sudanesa. Va en dirección oeste-este. Por ello se extiende desde el Atlántico al mar Rojo hasta el mar Rojo. Por ello, atraviesa todo el continente y países como Senegal, Chad, Mauritania, Níger, Burkina Faso, Nigeria, Sudán o Etiopía.
Hay un grupo pro musulmán y yihadista afiliado a Al-Qaeda, conocido como JNIM, que se ha liquidado en el último año a más de 4.200 personas en cerca de 700 operaciones bélicas.
Uno de los episodios más significativos del JIM ocurrió en julio de 2024, cuando un ataque con vehículos bomba y emboscadas destruyó un convoy conjunto de fuerzas malienses y aliadas rusas, matando a más de 100 efectivos cerca de la frontera con Argelia. También se ha registrado un asalto simultáneo a siete posiciones militares en Malí, demostrando un nivel de coordinación sin precedentes.
Burkina Faso
En específico, Burkina Faso ha sido el país más golpeado por la violencia yihadista en 2024, con más de 1.500 muertos en el último año. En la región Centre-Nord, entre 200 y 600 personas murieron en una sola ofensiva atribuida a JNIM, marcando una de las masacres más cruentas en la historia reciente del país. El grupo ha sido responsable de casi la mitad de los ataques registrados en territorio burkinés, especialmente en las zonas fronterizas con Malí y Níger.
El grupo musulmán JNIM ha logrado una relevante expansión territorial. Ha consolidado su presencia en zonas rurales y extendido sus operaciones hasta países como Benín y Togo.
Por otro lado, como explica La Gaceta, un grupo mediático vinculado al Estado Islámico (ISIS) está promoviendo activamente la realización de ataques de tipo “lobo solitario” en países occidentales, con el objetivo explícito de atacar a comunidades judías y cristianas.
Violencia indiscriminada
La propaganda difundida a través de diversos canales asociados a ISIS y sus filiales busca inspirar acciones individuales o en pequeños grupos, alentando la violencia indiscriminada en Europa, Estados Unidos, Israel y otras regiones.
Tras varios ataques terroristas recientes, la retórica y los materiales propagandísticos se han intensificado, llamando a “vengar” a los musulmanes mediante atentados contra blancos judíos, cristianos y aliados occidentales.
Estas incitaciones aparecen en grabaciones oficiales y digitales, que detallan métodos variados para perpetrar los ataques, incluyendo armas convencionales, artefactos incendiarios, cuchillos, vehículos y explosivos caseros.








