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España arde: el verano negro de 2025 y el debate sobre qué se hace con el suelo quemado

Un verano que pasará a la historia

El verano de 2025 está dejando un rastro de destrucción sin precedentes en los montes españoles.
A 12 de agosto, el fuego ha arrasado cerca de 69 646 hectáreas, superando la media de los últimos 18 años (53 600 ha) y batiendo la cifra de todo 2024. Solo en la última semana, 37 incendios han consumido 25 255 hectáreas: más de un tercio del total anual.

La secuencia de factores ha sido letal: una primavera húmeda, con vegetación abundante, seguida de un junio y julio infernales con temperaturas por encima de los 40 °C en gran parte del país. Este contraste convirtió el monte en un polvorín.

Los seis grandes focos que siguen activos

1. Tres Cantos (Madrid)
Avance fulminante de 6 km en apenas 40 minutos. El fuego ha provocado un fallecido, varios heridos y evacuaciones masivas de urbanizaciones y zonas recreativas.

2. Las Médulas (León)
Más de 2 000 hectáreas afectadas en un enclave Patrimonio de la Humanidad. Decenas de evacuados y viviendas dañadas.

3. Molezuelas de la Carballeda y otros puntos de Zamora
Fuegos de nivel 2 que han obligado a miles de personas a abandonar sus casas. Alto riesgo de expansión.

4. Incendio en Tarifa (Cádiz)
El viento de levante ha complicado las labores de extinción. Evacuadas más de 2 000 personas, muchas en zonas turísticas.

5. Chandrexa de Queixa (Ourense)
El mayor incendio del año en Galicia: más de 3 000 hectáreas calcinadas y llamas fuera de control.

6. Navalmoralejo (Toledo)
Afecta 400 hectáreas y se ha extendido a Extremadura. Se han decretado confinamientos y desalojos.

El Ministerio del Interior ha activado la fase de preemergencia del Plan Estatal (PLEGEM nivel 1) para reforzar la coordinación entre comunidades y el despliegue de recursos estatales, incluida la UME con cerca de 1 000 efectivos.

¿Qué pasa con el suelo después de arder?

Cada gran incendio reabre un debate recurrente: ¿alguien aprovechará el monte calcinado para instalar plantas solares o levantar viviendas de lujo?

La Ley de Montes no deja dudas:

  • Prohibido cambiar el uso forestal durante 30 años en cualquier terreno que haya ardido.
  • Esto significa que ni urbanizaciones ni parques solares pueden construirse en monte quemado, salvo excepciones muy limitadas y aprobadas por ley por “razón imperiosa de interés público”.

Excepciones y matices

  • El veto solo aplica a terrenos forestales. Si el incendio afecta a suelo agrícola o rústico no forestal, el cambio de uso no está automáticamente prohibido, pero cualquier proyecto debe pasar por planeamiento urbanístico, EIA y permisos autonómicos.
  • Las plantas solares, en teoría, pueden instalarse en suelo rústico sin recalificar a urbanizable, pero si ese suelo era forestal y ha ardido, sigue bloqueado por el veto de 30 años.

Mitos y realidades sobre “quemar para recalificar”

Mito: se incendia a propósito para poder recalificar y construir.
Realidad:

  1. Los suelos forestales quedan bajo lupa legal y social durante décadas.
  2. Los incendios dificultan los trámites, no los aceleran.
  3. Los conflictos reales por megaplantas solares suelen surgir en terrenos agrícolas, no forestales.
  4. Las zonas quemadas están inventariadas en sistemas como el SIGPAC, y cualquier expediente se cruza con esa información.

Factores que agravan la crisis

  • Acumulación de combustible: abandono rural y matorral continuo sin limpiar.
  • Meteorología extrema: olas de calor más largas, baja humedad y viento fuerte.
  • Interfaz urbano-forestal: urbanizaciones pegadas al monte que facilitan que el fuego afecte a viviendas.
  • Déficit en prevención: fajas cortafuegos insuficientes, planes de autoprotección poco implantados.

Cómo vigilar lo que pasa después de un incendio

  1. Consultar mapas oficiales de áreas quemadas (MITECO, EFFIS).
  2. Cruzar esos perímetros con el SIGPAC para saber el uso del suelo.
  3. Revisar el registro de EIAs del MITECO para detectar proyectos energéticos próximos a zonas afectadas.
  4. Monitorizar boletines autonómicos donde se publican cambios de planeamiento.

Lo que nos espera en agosto

Aunque la ola de calor podría remitir unos días, las temperaturas seguirán altas y no se descarta un nuevo repunte. El riesgo de incendio seguirá en niveles altos o extremos en buena parte del país.

AEMET advierte que agosto podría cerrar con un nuevo episodio cálido en la segunda quincena, impulsado por masas de aire muy cálidas procedentes del norte de África. Esto no solo mantendría el estrés hídrico de la vegetación, sino que podría acelerar la propagación de cualquier foco en zonas ya debilitadas por la sequía.

Además, los servicios forestales temen que las tormentas secas —cada vez más frecuentes en verano— actúen como chispa en áreas donde el matorral y la hojarasca son abundantes. En este escenario, un solo rayo puede desencadenar un gran incendio en cuestión de minutos, sobre todo en la interfaz urbano-forestal, donde el salto a viviendas multiplica el daño y los costes de extinción.

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