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10 000€ antes de la ESO: el joven emprendedor que innova sin frenos

A sus 14 años, Marco ya es un joven emprendedor con tres proyectos en marcha y más de 10 000 € facturados gracias a su talento y creatividad. Lo que empezó como un juego con robots y una impresora 3D, hoy se ha convertido en un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la innovación pueden abrir camino incluso antes de la ESO. Su próximo reto: un software de inteligencia artificial que podría cambiar la forma en la que se diseñan los puentes.

Con apenas 14 años, Marco ya ha conseguido lo que muchos adultos solo sueñan: levantar tres proyectos empresariales, facturar más de 10 000 € y tener clara su próxima meta. Mientras sus compañeros piensan en videojuegos o en salir con amigos, él ha encontrado en el emprendimiento su manera de vivir la infancia.

De un robot fallido a un negocio real

Todo empezó con una idea que parecía de ciencia ficción: construir un robot humanoide. Tenía solo ocho años, y aunque el invento no salió como esperaba, esa experiencia le enseñó algo que marcaría su camino: el error es parte del aprendizaje.

Lejos de rendirse, dio el siguiente paso con un sistema de orientación para supermercados. Una iniciativa que mostraba ya una mentalidad distinta: no solo quería crear por diversión, quería resolver problemas reales.

Pero el gran salto llegó poco después, con una impresora 3D fabricada por él mismo. El aparato comenzó a generar encargos, y lo que nació como un experimento escolar se transformó en negocio. Ahí llegaron los primeros ingresos importantes: más de 10 000 € antes incluso de entrar en la ESO.

“Sigo siendo un niño, pero también soy emprendedor”

El joven asegura que no siente que haya perdido nada por dedicarse a emprender desde tan pequeño. “Mucha gente piensa que no hago cosas de niño, pero sí. He aprendido a compaginar el ser un niño con ser emprendedor. En mis ratos libres es cuando me pongo a trabajar”, cuenta con naturalidad.

Su ejemplo recuerda al de quienes sueñan con ser futbolistas y dedican cada tarde a entrenar. En su caso, su campo de juego son los ordenadores, las impresoras 3D y ahora la inteligencia artificial.

La próxima meta: inteligencia artificial para ingenieros

Lejos de conformarse, Marco ya piensa en su siguiente reto: desarrollar un software de inteligencia artificial para optimizar el diseño de puentes. Una meta ambiciosa que revela hasta dónde apunta su visión de futuro.

Cuenta con el respaldo de su familia, que lo anima a seguir explorando, pero sobre todo con la confianza en sí mismo y en sus ideas. “No he renunciado a nada, solo he elegido vivir mi infancia de una forma distinta: emprendiendo”, asegura.

Un ejemplo para otros jóvenes

Lo que más llama la atención de su historia no son las cifras, sino la forma en que Marco entiende el mundo: con la mirada de un niño curioso, pero con la determinación de un adulto que sabe a dónde quiere llegar.

Historias como la suya inspiran a padres, profesores y a otros jóvenes que ven en la tecnología una vía para crear, aprender y hasta generar ingresos. Marco demuestra que la innovación no entiende de edad.


Claves de su camino emprendedor

  • 8 años → Construyó un robot humanoide (aprendizaje del error).
  • 10 años → Creó un sistema de orientación para supermercados.
  • 12-13 años → Fabricó una impresora 3D que le generó más de 10 000 €.
  • 14 años → Planea un software de IA para ingenieros civiles.

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