El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los tipos de interés en el 2% en septiembre de 2025, por segunda vez consecutiva, tras la reunión de su consejo de gobierno este jueves. La decisión fue tomada por unanimidad y, aunque los mercados ya lo daban por hecho, Christine Lagarde sorprendió al afirmar que “el proceso desinflacionario ha terminado”.
La presidenta del BCE descartó comprometerse con una senda fija de tipos, apostando por la estrategia de “esperar y ver”. Su mensaje: cautela y flexibilidad en un escenario en el que los riesgos siguen presentes, aunque más equilibrados que hace meses.
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Lagarde: “No soy halcón ni paloma, soy un búho”
En su rueda de prensa, Lagarde rechazó etiquetas de dureza o suavidad en política monetaria:
“Cuando acepté este trabajo, me preguntaron si era un halcón o una paloma. Respondí que soy un búho: observo todo lo que ocurre a mi alrededor”.
Con esta metáfora, reafirmó la línea del BCE: prudencia, visión amplia y decisiones caso por caso.
Inflación bajo control, pero con riesgos
Lagarde confirmó que la inflación ya no seguirá bajando, pero tampoco prevé una nueva escalada inmediata. El BCE mantendrá su vigilancia en torno a:
- Aranceles internacionales (en especial tras los de Trump a Europa).
- Fortaleza del euro, que podría frenar exportaciones.
- Conflictos geopolíticos, que siguen pesando sobre la economía global.
Aun así, los acuerdos comerciales recientes entre la UE y EE.UU. han reducido parte de la incertidumbre.
Una eurozona en modo resistencia
La presidenta del BCE destacó que la eurozona ha demostrado resiliencia incluso en contextos políticos inestables, como el de Francia.
Los bonos soberanos se mantienen “ordenados y líquidos” y, según Lagarde, el BCE está listo para ajustar todos sus instrumentos si fuese necesario.
El mensaje final: no hay rigidez, solo datos y cautela estratégica.








