Los socios de VOX en Patriotas por Europa, ganadores de las últimas elecciones, siguen al alza
El panorama político en Austria se transforma drásticamente según los últimos datos de intención de voto. El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) consolida su liderazgo con un 36% de apoyo, duplicando al Partido Socialdemócrata (SPÖ), que se desploma a un mínimo histórico del 18%.
Andreas Babler (SPÖ), duramente golpeado en los sondeos
Para Andreas Babler, actual líder del SPÖ, la caída en popularidad supone un duro revés personal. En la encuesta de voto directo para la Cancillería, apenas logra un 11%, situándose por detrás del canciller Christian Stocker del ÖVP (13%) y muy lejos del líder del FPÖ, Herbert Kickl, quien lidera con un 27% de respaldo.
Crisis en los Neos por escándalos políticos
Los Neos, por su parte, también sufren una notable pérdida de apoyo, cayendo al 8%, su peor dato desde que forman parte de la coalición tripartita. Su líder, Beate Meinl-Reisinger, apenas alcanza un 7% en las preferencias para ocupar la Cancillería.
El deterioro de la imagen del partido se debe, en gran parte, a una serie de escándalos recientes, entre ellos:
- Acusaciones de abuso contra un alto funcionario,
- El polémico caso del embajador sadomasoquista,
- Filtraciones de datos sensibles,
- Y las controvertidas escapadas del secretario de Estado de Desregulación, Sepp Schellhorn.
El ÖVP pierde terreno; Los Verdes suben
El Partido Popular Austriaco (ÖVP) también sufre una bajada en las encuestas, con un 21% de apoyo. Ni su reciente campaña mediática ni las apariciones públicas de Stocker han logrado revertir la tendencia a la baja tras los resultados electorales de 2024.
En contraste, Los Verdes muestran una recuperación, alcanzando el 11%, superando por primera vez a los Neos en tres puntos porcentuales.
El FPÖ se posiciona como el gran favorito de cara a las próximas elecciones
Con estos resultados, el FPÖ se consolida como la fuerza política dominante en Austria, acercándose a su récord de enero y ampliando su ventaja sobre el resto de formaciones. Su discurso soberanista, combinado con un contexto de crisis política y desconfianza hacia las instituciones, parece conectar con un electorado cada vez más desilusionado con los partidos tradicionales.












