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Illa usa París para cargar contra Trump e Israel

El president socialista pide una “conjura europea” frente a Estados Unidos e Israel, defendiendo más federalismo y gasto público, mientras Europa se desangra con la inmigración y la inseguridad.

Illa contra Trump e Israel

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, aprovechó su visita a París para presentarse como adalid de un nuevo federalismo europeo. En su conferencia en Sciences Po, lejos de hablar de los problemas reales de Cataluña, se centró en atacar a Donald Trump y en exigir más sanciones contra Israel, al que acusó de “genocidio en Gaza”.

Un discurso que sorprende, teniendo en cuenta que mientras Illa pide más gasto militar europeo, en Cataluña siguen los problemas de convivencia y seguridad ligados a la inmigración descontrolada, como ya hemos contado en Cataluña: Vox exige orden público a la Generalitat .

Europa, bajo el prisma socialista

Illa defendió que la Unión Europea debe “imponer sus reglas frente a Trump” y que la única salida es un federalismo europeo más fuerte. Sin embargo, calló ante los desafíos internos que sufre España: violencia ligada a inmigración ilegal, pérdida de poder adquisitivo de los españoles y la falta de soluciones al drama de los menas que el Gobierno de Sánchez sigue ocultando.

El guiño a la izquierda parisina

El president se reunió con la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, con quien compartió recetas para combatir a Vox y a Aliança Catalana. Para ellos, los “antídotos” son más vivienda pública y más pensiones. Un recetario clásico de gasto y más impuestos, mientras Francia arde por los recortes y España sufre el precio de la cesta de la compra disparado.

Una visita más propagandística que útil

Fuentes de su equipo confirmaron que Illa planea seguir con esta “gira europea”. Pero más que defender los intereses de Cataluña, parece centrado en construirse un perfil internacional como líder socialista.

Y todo ello mientras en España se acumulan los problemas: incendios desatendidos, delincuencia ligada a inmigrantes ilegales y un Gobierno de Sánchez cada vez más acorralado por la corrupción.

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