La despedida inesperada en ‘Dark Winds’
Robert Redford, fallecido a los 89 años, dejó como última huella en la pantalla un cameo breve pero inolvidable. No fue en una gran producción de Hollywood, sino en la serie Dark Winds, que él mismo produjo junto a George R.R. Martin. En apenas un minuto de metraje, sentado frente a un tablero de ajedrez con el creador de Juego de tronos, Redford volvió a demostrar que su sola presencia iluminaba la escena.
“George, el mundo entero está esperando. Haz un movimiento”, le dijo en tono cómplice. Una frase que los fans interpretaron como un guiño al escritor, presionado desde hace años para terminar Canción de Hielo y Fuego. Pero, más allá de la broma, esa línea se convirtió en un epílogo perfecto para una carrera marcada por la elegancia y la inteligencia narrativa.
“Cuando empezó a rodar, sus ojos se iluminaron”
La actriz Jessica Matten confesó que acudió al rodaje aun sin tener que grabar, solo para ver a Redford en acción: “Tenía ese factor X del que todos hablan. Cuando empezó a rodar, sus ojos brillaron y se iluminaron”.
Zahn McClarnon, protagonista de la serie, lo describió como “un sueño hecho realidad”. “Le admiraba desde niño. Y cuando giró la mirada hacia mí, entendí por qué siempre fue un héroe de cine: seguía teniendo esa chispa”.
Ese instante condensó toda la magia de un actor que jamás perdió su magnetismo.
El eterno galán que se convirtió en leyenda
Robert Redford no solo fue un rostro atractivo en la gran pantalla. Su carrera es un repaso a la historia del cine del siglo XX y XXI:
- Dos hombres y un destino (1969), junto a Paul Newman, que lo consolidó como símbolo de rebeldía y carisma.
- El golpe (1973), otro clásico con Newman, que mostró su talento para la comedia sofisticada.
- Todos los hombres del presidente (1976), donde encarnó al periodista Bob Woodward en el relato definitivo del caso Watergate.
- Memorias de África (1985), que inmortalizó su química con Meryl Streep en uno de los romances más recordados de la historia del cine.
Además, como director dejó huella con Gente corriente (1980), que le valió un Oscar, y como productor impulsó el Festival de Sundance, semillero del cine independiente.
El recuerdo de sus compañeros
Las reacciones tras su muerte reflejan el vacío que deja:
- Meryl Streep: “Uno de los leones ha fallecido. Redford fue mi gran compañero en el cine y mi gran amor en la ficción. Descansa en paz”.
- Martin Scorsese: “Fue un actor íntegro, un director sensible y un defensor del cine como arte. Redford nos enseñó que Hollywood también podía ser independiente”.
- Paul Newman, en su día, dijo de él: “Con Redford era imposible competir. No solo porque era guapo, sino porque tenía esa rara mezcla de inteligencia y humildad. Era un actor con alma”.
El legado más allá del cine
Redford fue también un activista comprometido con el medioambiente y con la defensa de los pueblos indígenas. Ese compromiso se reflejó en Dark Winds, serie que explora la cultura navajo desde una mirada respetuosa y auténtica.
En vida, siempre rechazó ser tratado como una estatua viviente de Hollywood. Prefería definirse como un narrador, alguien que contaba historias a través de las imágenes.
Un adiós melancólico
Su última escena, breve y discreta, contrasta con la grandeza de su carrera. No hubo focos de alfombra roja, ni planos espectaculares, solo un plano íntimo, casi secreto, que ahora adquiere un valor incalculable. Como si el propio Redford hubiese decidido despedirse en silencio, pero con luz en los ojos.
Ese brillo será lo que quedará en la memoria: un último movimiento en el tablero del cine, antes de cerrar la partida.









Mié 17 septiembre 2025 @ 13:03
Un rojo menos. No soy un hipócrita, me la bufa. Un tío que se jactaba de ser progresista, inconformista, simpatizante abiertamente de ideas políticas transgresoras… la típica forma de la Izquierda de definirse con palabras muy bonitas.
Me rectifico a mí mismo ya que rectificar es de sabios… no me la bufa. Me alegro.