Una presión inédita en Baleares
El Parlament de Baleares vivió este martes un debate encendido sobre la crisis de menores migrantes en Formentera, donde con apenas 11.500 habitantes se tutela a 150 jóvenes extranjeros no acompañados. La cifra sitúa a la isla en una ratio de 130 menores por cada 10.000 residentes, el doble que en Ceuta y cinco veces más que en Canarias o Melilla.
El diputado de Sa Unió, Llorenç Córdoba, denunció que la situación es ya “insostenible” y que el desequilibrio condena a la isla al “colapso permanente”.
Un coste disparado para los residentes
Según los datos expuestos en la Cámara, cada formenterés paga más de 1.160 euros anuales por la tutela de los menores, mientras en Mallorca o Ibiza el coste no supera los 40 euros por habitante.
“Es un agravio imposible de sostener”, advirtió Córdoba, que recordó que el Consell de Formentera aprobó por unanimidad exigir al Govern el retorno de la competencia con recursos suficientes.
La negativa del Govern
La presidenta balear, Marga Prohens, mantuvo su posición: el Consell no puede devolver una competencia que ya ejerce. Según Prohens, la tutela de menores es una obligación institucional, y la solución no pasa por una reversión, sino por reforzar recursos y coordinación.
El Govern descarta así cualquier cambio en el marco legal vigente, pese a la presión política y social.
Acusaciones de racismo y debate encendido
El tono del debate se elevó cuando Córdoba reprochó al PSOE haber insinuado que pedir soluciones era una postura “racista o feixista”.
“Si por pedir que Formentera no siga colapsada también me consideran racista y feixista, que lo digan claro”, retó el diputado.
Y lanzó un aviso directo al Govern:
“O acepta el retorno de la competencia con todos los recursos necesarios, o condena a Formentera al colapso permanente. Ya no podemos esperar más”.
El contexto: emergencia migratoria en Baleares
Este choque se suma a la emergencia migratoria que atraviesa Baleares, donde el flujo de llegadas irregulares se ha disparado. El Govern prepara un plan de contingencia hasta final de año, pero Formentera sigue reclamando medidas específicas y urgentes dada su fragilidad demográfica y económica.
