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Nutricionista experta en fertilidad: cómo la progesterona baja puede estar frenando tu embarazo

¿Buscas embarazo y ese positivo no termina de llegar?

Beatriz Méndez del Río, nutricionista experta en fertilidad, nos cuenta algo que pocas veces se explica en consulta ginecológica: puede que la clave esté en tu progesterona. Esta hormona, esencial en la fase lútea, es la responsable de preparar el útero, facilitar la implantación y sostener el embarazo en sus primeras semanas.

Cuando los niveles son bajos, aunque ovules todos los meses, el embrión puede no implantarse o incluso perderse en los primeros días. Un enemigo invisible que muchas veces pasa desapercibido y genera frustración.

¿Qué es la progesterona y por qué importa tanto?

La progesterona se produce después de la ovulación, en el cuerpo lúteo. Sus funciones clave son:

  • Mantener el revestimiento uterino para que el embrión se adhiera.
  • Crear un ambiente inmunológico favorable para que el cuerpo no lo rechace.
  • Evitar contracciones uterinas prematuras.
  • Sostener el embarazo temprano hasta que la placenta asuma el control hormonal.

Un déficit, incluso leve, puede sabotear la concepción sin que la mujer lo sepa.

Síntomas que pueden indicar progesterona baja

  • Ciclos menstruales más cortos de lo habitual.
  • Manchados marrones antes de la regla.
  • Abortos tempranos recurrentes.
  • Dificultad para concebir pese a ovular.

Si te reconoces en alguno de estos síntomas, es fundamental consultar con un especialista y, en paralelo, revisar tu alimentación, ya que los síntomas de la progesterona baja son clave para iniciar a tomar acción.

Cómo aumentar la progesterona de forma natural

Lo que comes influye directamente en tus hormonas. De hecho, un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (2015) mostró que el incremento de grasas saludables y antioxidantes en la dieta mejora la producción endógena de progesterona y aumenta las tasas de concepción.

Nutrientes clave para tu fertilidad

  1. Vitamina B6 – Presente en plátanos, garbanzos y pollo.
  2. Magnesio – Espinacas, cacao puro y almendras.
  3. Zinc – Semillas de calabaza y mariscos.
  4. Vitamina A – Zanahoria, boniato y hígado.
  5. Vitamina C – Fresas, kiwi y pimientos rojos.
  6. Vitamina E – Aguacate, aceite de oliva y frutos secos.
  7. Arginina y nitratos – Remolacha y hojas verdes.
  8. Grasas saludables – Salmón, nueces y aceite de oliva virgen extra.

Estos alimentos aportan los cofactores que el cuerpo necesita para fabricar progesterona de forma natural.

Hábitos que marcan la diferencia

Además de comer bien, tu estilo de vida influye en tus hormonas:

  • Gestiona el estrés: el exceso de cortisol bloquea la producción de progesterona.
  • Duerme al menos 7-8 horas por noche.
  • Mantén un peso saludable, tanto el déficit como el exceso de grasa corporal afectan la ovulación.
  • Reduce la cafeína y el alcohol.

La importancia de la alimentación en tiempos de crisis

Cuidar la fertilidad desde la dieta puede parecer complicado cuando la cesta de la compra está en máximos históricos y los precios de productos básicos como pan, carne y huevos se disparan. Sin embargo, con una buena planificación es posible incluir estos nutrientes sin arruinarse.

En este contexto, también es clave conocer qué alimentos están bajando o subiendo más de precio para priorizar las mejores opciones. Aquí te dejamos un artículo sobre cómo la cesta de la compra refleja la inflación y cómo adaptarte.

¿Se puede prevenir la infertilidad con dieta?

No hay un único alimento milagroso, pero sí un patrón nutricional que mejora las probabilidades. Lo importante es:

  • Comer suficiente (las dietas restrictivas reducen progesterona).
  • Priorizar alimentos frescos frente a ultraprocesados.
  • Garantizar variedad de frutas, verduras y proteínas de calidad.

En definitiva, una alimentación completa, suficiente y equilibrada es la base.

Conclusión: la hormona olvidada

La progesterona baja puede ser el freno invisible que impide que tu embarazo llegue. La buena noticia es que puedes actuar: revisar tu dieta, tus hábitos y apoyarte en estrategias naturales que, además de mejorar tu fertilidad, beneficiarán tu salud en general.

Si buscas un cambio real, guarda esta información, compártela con otras mujeres que lo necesiten y recuerda que la nutrición es tu primera aliada en el camino hacia la maternidad.

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