Sus productoras suman otros 6,3 millones en RTVE: la televisión pública se convierte en la gran productora de programas afines al Sanchismo
RTVE busca, a través de sus fichajes, dar voz, en forma periodística o humorística a las tesis del Sanchismo. Quiere de esta manera acoger el voto de los telespectadores. Y lo hacen el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez con dinero público. La televisión pública es cada vez más afín a sus intereses.
Por eso, y como recalca El Catalán, se han ido 6,3 millones de euros para un nuevo programa: ‘Cuánto, cuánto, cuánto’. Y casualmente, detrás del formato están El Terrat/Mediapro, la productora de Andreu Buenafuente, y Encofrados Encofrasa, la de David Broncano. Ambos, como señala El Catalán, “se han convertido en proveedores recurrentes de proyectos de alto coste”.
Y vamos con más datos. ‘La Revuelta’ supone un gasto de 28 millones de euros de dinero público en dos años. Con ‘Cuánto, cuánto, cuánto’, la factura se dispara aún más. Y como se plantea El Catalán. “¿Hasta qué punto RTVE puede seguir financiando espectáculos millonarios en busca de una audiencia que no termina de llegar?”.
El Gobierno y RTVE están impulsando un modelo que privilegia a un pequeño círculo de productoras con buena sintonía política y mediática con el PSOE. “Es un gesto de mantener a alto precio altavoces para el Gobierno que a política de servicio público”.
Las productoras progres
Buenafuente y Broncano, dos referentes del humor con sello progresista, han construido durante años un discurso afín al clima ideológico dominante en el Gobierno. Y ambas productoras concentran contratos millonarios procedentes de una cadena pública dependiente del Ejecutivo del PSOE.
De esta manera, “la diversidad de voces, uno de los valores fundamentales que debería garantizar RTVE, se diluye entre grandes nombres, sueldos elevados y formatos que se repiten una y otra vez bajo distintas apariencias”.
Una televisión menos plural
La consecuencia: una televisión pública cada vez más costosa y menos plural. “Las cifras de audiencia no justifican los desembolsos y el servicio público se diluye en concursos, humor blanco y rostros de siempre. El riesgo no es solo económico, sino de credibilidad”. De hecho, RTVE corre el peligro de “convertirse en una productora al servicio de sus afinidades, en lugar de una institución al servicio de los ciudadanos”.








